Consultorio Ecológico

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Eleuterio Martínez

Profesor, ¿Madre de las Aguas es Valle Nuevo o la Cordillera Central?

R. La Cordillera Central es la Madre de las Aguas, Valle Nuevo es solo una porción de la Columna Vertebral de la República Dominicana y es cierto que allí tienen sus nacientes ríos tan valiosos e importantes como el Yuna, Nizao, Ocoa, Las Cuevas, Guayabal y Grande o del Medio, pero esos mismos méritos se encuentran en otros tramos, porciones, parajes o puntos de este sistema montañoso, el más grande de la geografía de la Hispaniola.

Por ejemplo, tenemos el caso de la Ciénega de los Bermúdez – Loma El Paragua, donde están las nacientes del Río Yaquecillo, principal afluente de la parte alta del Río Grande – Yaque del Sur que desemboca en el Mar Caribe (Barahona); el Río Dajao, uno de los principales afluentes que le da origen al Río Yaque del Norte que desemboca en el océano Atlántico (Monte Cristi), pero también allí se origina el Río Tireo, una de las arterias hídricas del Río Yuna, que desemboca también en el Atlántico, pero por la Bahía de Samaná.

De igual manera, tenemos el macizo Los Platicos – El Berraco – Macutico, otra de las porciones hídricas más importantes de la Cordillera Central, con las nacientes del Río Mijo – Yaque del Sur, El Limón y San Juan – Yaque del Sur, Magua e incluso La Cidrita, ambos ríos muy separados pero que son tributarios del Río Mao. Lo propio podríamos decir del Macizo Piquito del Yaque – Pico Duarte – La Pelona, que tienen las nacientes de los dos yaques (del Norte y del Sur), río Los Guanos, La Compartición, Blanco que nace al mismo pie del Pico Duarte y el Río Bao que nace entre las lomas de La Rusilla y La Pelona.

Es decir, al recorrer la Cordillera Central, encontramos las nacientes o cabeceras de 14 grandes ríos en su vertiente Norte y 8 grandes ríos en su vertiente Sur, pero a ninguna de esas porciones se le puede dar el nombre de “Madre de las Aguas”, sino a todas juntas a la vez. Como muy bien señala Domingo Marte, autor de la novela bautizada con este mismo nombre y su reciente reedición, “La Sonrisa de la Montaña”, nacida de su inspiración en las aguas que se desprenden, como por encanto, de las estribaciones más elevadas del caballete formado por este rosario de picos cordilleranos.

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