P. Profesor, ¿Qué preocupa a la comunidad ambientalista dominicana con respecto al Desarrollo de Bahía de las Águilas?
R. Particularmente a nosotros como Comisión de Ciencias Naturales de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, quien junto a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, hizo la primera propuesta documentada, promoviendo el desarrollo de Bahía de las Águilas, nos inquietan varias cosas que deben ser de conocimiento de la opinión pública y de todos los dominicanos que somos los dueños reales del Patrimonio Natural de esta parte de la Hispaniola.
Estamos contestes con el Presidente de la República que se respetará la integridad ecosistémica de Bahía de las Águilas y el Parque Nacional Jaragua, por eso abogamos todos, porque el activo fijo más importante del turismo de Pedernales, lo es, sin dudas, este enclave de ensueños de la naturaleza dominicana que aún conserva el perfume de la virginidad; ¿pero alguien conoce el sitio donde estará emplazado el aeropuerto anunciado y que será la puerta ancha para la llegada de turistas, la conectividad que este tendrá con los hoteles y áreas residenciales, cuáles obras conexas conlleva y cuáles espacios afectará?
Y lo más importante, al tratarse de un parque nacional emblemático del país, sobreviviente a mil amenazas de todas índoles e intereses, ¿se respetará el ordenamiento de un área protegida con al menos tres reconocimientos internacionales (Reserva de Biosfera – Unesco, Sitio Ramsar o Humedal de Importancia Internacional, Área de Importancia para la Observación de Aves), entre otros Acuerdos y Convenciones de la Comunidad Internacional, particularmente también como sitio de reproducción de las tortugas marinas que aún sobreviven en los mares y océanos del mundo?
Aplaudimos sinceramente que Pedernales no tenga que seguir esperando por su anhelado desarrollo turístico y que comience a disfrutar de sus bienes tan excepcionales, pero no olvidemos que la calidad en materia de turismo, jamás debe ser sacrificada. En el mundo de hoy, el turismo exige calidad, no solo en los servicios, si no en la naturaleza que es el producto que se vende. Los servicios son siempre de carácter humano, pero la naturaleza siempre es única y ese es el elemento de arrastre, el misterio, el anzuelo. Una frase lo define todo: “Detrás de la calidad, va la cantidad” y en materia turística, ya es un axioma.
Vamos a hacerlo todo en Bahía, pero con apego a las leyes y a las buenas prácticas…