CONSULTORIO ECOLÓGICO

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Especialista en recursos naturales
Profesor, reportes de prensa recientes resaltaban el hecho de que  miles visitaban diariamente el monumento natural Saltos de Jima durante la semana y que los fines de semana y días feriados, la afluencia es aún mayor; ¿qué posee esta área protegida que llama tanto la atención?

R.  La naturaleza dominicana es un paraíso que todavía está por descubrirse. Sus áreas protegidas, los lugares que atesoran los recursos más espectaculares, todavía son desconocidas por la mayoría de la población.

La noticia sobre el Monumento Natural Saltos de Jima no es que la visitación es de tal magnitud que sorprende  a cualquiera que no esté acostumbrado al contacto frecuente con la naturaleza, sino que las personas que hacen turismo en estos ambientes, son dominicanos.

La República Dominicana es conocida en el mundo por las riquezas naturales que caracterizan su territorio y de ahí que el turismo se haya convertido en uno de los sectores más dinámicos de su economía y, por ello, a nadie sorprende que cientos de  miles de turistas extranjeros visiten diariamente la isla Saona, la Loma Isabel de Torres, Saltos de la Damajagua o la Isla Catalina.

Sin embargo, en nuestro país, el turismo local o interno relacionado directamente con los recursos naturales y la biodiversidad, no es parte de la cultura popular, tal como ocurre en Brasil, Costa Rica, México y los países europeos, particularmente los que tienen costas en el Mediterráneo y la zona de Los Alpes, para señalar los  que mejor conocemos.

La alegría que nos produce ver Los Saltos de Jima repletos de visitantes dominicanos es algo muy grande y esperanzador, pues es una señal de que todavía podemos encontrar nuevas vías para elevar la calidad de vida para todos nuestros conciudadanos y además, ganar adeptos para una causa tan hermosa como la conservación de la naturaleza.

Después de recorrer varios kilómetros paralelos al Río Jima escuchando el murmullo de sus aguas cristalinas y de inigualable belleza, bajo la sombra de un tupido bosque de galería que todavía permanece intacto y bañarse en cada poza hasta llegar a los saltos; no hay que hacer ningún esfuerzo para convencer a alguien del tesoro que allí existe y que es preciso conservar.

Los Saltos de Jima, de muy fácil acceso y prácticamente a la orilla de la Autopista Duarte,  es una joya que todo el mundo puede apreciar y disfrutar, sin hacer mayores esfuerzos.

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