P. Profesor, ¿es cierto que la naturaleza es nuestra gran aliada secreta en la adaptación al cambio climático?

R. Aunque lo ignoramos totalmente, así es. Un estudio del IPCC (Expertos en Cambio Climáticos de Naciones Unidas) y del WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) presentado en la Cumbre Mundial del Clima (COP 27), celebrándose actualmente en Egipto, muestra que los ecosistemas terrestres absorben el 31% del CO2 producido en el mundo y los ecosistemas marinos, un 23%, para un 54% de la generación global de este gas, responsable del aumento de la temperatura del planeta.

“No podemos detener el cambio climático, si nos negamos a descarbonizar rápidamente la economía y permitimos que la crisis de la naturaleza continúe sin cesar», advirtió el subdirector de Clima y Energía de WWF, Stephen Cornelius. “Proteger y restaurar la naturaleza para limitar el calentamiento a 1.5°C y adaptarnos al cambio climático, es fundamental para salvar vidas y medios de subsistencia”.

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“Los arrecifes de coral, humedales y manglares proporcionan cierta protección contra las tempestades marinas, mientras que los bosques pueden absorber el exceso de agua de lluvia, evitando las escorrentías, los desprendimientos de tierra y los daños causados por las inundaciones”, dice el informe. Sin embargo, los fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía, los incendios o las olas de calor marinas, pueden destruir ecosistemas enteros y causar mortalidades masivas.

Eso quiere decir que, silenciosamente, sin que el Ser humano haga nada, la naturaleza nos está defendiendo de los impactos creados por el calentamiento global del clima. Si protegemos los ecosistemas terrestres y marinos, la naturaleza hace los ajustes necesarios en su interior y cuida todas las formas de vida que habitan en la Tierra.

Tenemos que dejar de agredir a la naturaleza si queremos seguir viviendo.