P. Profesor, ¿cuál es el desafío que representa el sargazo en esta región del planeta?
R. La presencia masiva del Sargazo y en volúmenes inmanejables en el Atlántico Norte, representa en estos momentos, uno de los mayores riesgos para la economía y el turismo en la República Dominicana, islas del Caribe y la parte oriental del Continente Americano, vale decir, Centro América y el Golfo de México donde esta actividad representa el principal motor para su desarrollo.
El desafío es mayor, por no disponer de una alternativa de uso o transformación en subproductos que resulten fáciles de manejar o que sean económicamente viables, pues las informaciones que disponemos, sobre su empleo masivo como abono orgánico, se está cuestionando por la presencia de metales pesados como el cadmio y el mercurio.
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Otro caso es su recolección en volúmenes tan grandes y tan dispersos en las costas y su traslado a tierra firme, porque en el mar no se podrían tratar, pues el Sargazo es prácticamente agua, casi la mitad de su peso, y habría que secarlo para iniciar cualquier proceso. Probablemente, esa sea la vía más expedita para sus posibles usos o medio para la transformación.
En tal sentido y en esa carrera por encontrar alternativas viables, sería su conversión en energía, convirtiéndolo en pellets o cápsulas energéticas que se puedan utilizar como materia prima para plantas de generación eléctrica. A la Academia de Ciencias están llegando propuestas que estamos analizando, porque se trata de buscar soluciones tecnológicas y que ayuden resolver problemas nacionales como éste, del cual depende, en gran medida, el presente de una economía con bases firmes y que resultan económicamente viables, en vista de que los impactos son manejables y no se hace un uso consuntivo extremo de los recursos naturales, pues el turismo vende belleza y paisaje, sobre todo.