P. Profesor, ¿Cuál fue la causa de la muerte de Juanita?
R. La contaminación de los ríos Ozama e Isabela. Todas las evidencias están dadas y todas las hipótesis creíbles, pero hay interrogantes académicas que nos obligan a ir más allá de las simples evidencias, claras, contundentes e irrefutables y que nos invitan a la reflexión.
La emotividad, el sentir humano y el amor a la vida que despertó en la sociedad dominicana la liberación de Juanita, Pepe y Lupita (hace dos años), tres neonatos o criaturas recién nacidas de tres mamás manatíes muertas trágicamente y que dejaron a sus vástagos huérfanos, pero que fueron asistidos y criados en el Acuario Nacional, requieren una mirada un poquito más allá de la esquina, si en realidad queremos salvar esta especie de mamífero marino que vive de manera muy precaria en nuestras costas.
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¿Por qué Juanita, el verse libre, decidió trasladarse de Bayahíbe (lugar de su liberación), al estuario o más bien, a la Río Ozama, como hogar favorito para vivir, si allí encontró una casa sucia e inhabitable?
Muy sencillo, la memoria evolutiva que guarda como herencia de sus ancestros, le dijo que allí se encuentran las condiciones ideales bajo las cuales vivieron por miles o millones de años. Esa es la razón más atendible que tiene la naturaleza para garantizar la supervivencia de sus hijos.
No basta con los esfuerzos humanos para ayudarle a sobrevivir ante un evento catastrófico, ante todo, tenemos que garantizarle un espacio idóneo donde puedan vivir para siempre y esa es la misión que cumplen las áreas protegidas, la conservación in situ, en su hábitat natural, libre de plásticos y todos los elementos contaminantes asociados que se encontraron en el estómago y los intestinos de Juanita, la gran protagonista de esta historia que con su muerte, nos brinda la mejor de las lecciones de vida.