Consultorio Ecológico: Dominicanos y el mar

Consultorio Ecológico: Dominicanos y el mar

Eleuterio Martínez

P. Profesor, si tenemos tantos problemas en tierra firme ¿por qué los dominicanos tenemos que mirar hacia el mar?

R. Muy sencillo, somos una isla y nuestras mayores riquezas naturales están allí. El día que despertemos y abramos los ojos, nos percataremos que somos un espacio insular mágico, digno de los más hermosos cuentos de hadas y de las más bellas leyendas de los mares que puedan tejerse en el cerebro humano.

Los dominicanos no estamos conscientes de que nuestro territorio es el ombligo del mundo, un archipiélago de islotes de origen volcánico que emergió de las lavas del cinturón de fuego del Caribe, que se extendió desde los Andes hasta los Picos de Valle Nuevo y el resto del macizo central que cubre el Pico Duarte y la Pelona, siguiendo la ruta trazada por el magma que atraviesa el Mar Caribe, por la cadena montañosa sumergida de la Beata que nos une con Colombia.

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Pero más increíble aún es que en las aguas territoriales dominicanas esté la maternidad de Ballenas Jorobadas más importante del planeta y que desde allí, todos los años durante el solsticio de invierno, el 85% de estos mamíferos marinos salen a surcar los océanos del mundo con sus neonatos, particularmente del Atlántico Norte.

Tenemos un tratado de hermanamiento RD – USA, que une los Santuarios Marinos de los Bancos de la Plata y la Navidad con el Stillwagen Bank de Massachessett, para cubrir los nichos reproductivos y alimenticios de este animal que no respeta las fronteras ni las nacionalidades, como tampoco lo hacen las gaviotas que transitan desde los Cayos Siete Hermanos de Monte Cristy, hasta los Cayos de La Florida.

Todo esto se traduce a luces en el horizonte de nuestro porvenir, que aún no lo vemos muy claro, pero que se ve venir.

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