P. Profesor, ¿es cierto que Santo Domingo es un Gran Parque Fluvial?
R. Así es. Al menos así lo concibieron los italianos que ayudaron a elaborar el Plan Maestro de Santo Domingo, 1990 – 1993; fue a nosotros, como consultores locales, que se nos ocurrió llamarle Cinturón Verde de Santo Domingo.
Pero lo cierto es que Santo Domingo es una ciudad acuática privilegiada y así quedó confirmada desde los mismos inicios de su fundación. Fue sobre un barco que Nicolás de Ovando creó la primera ciudad del Nuevo Mundo y desde allí se emprendieron todas las grandes hazañas de los conquistadores medievales europeos: México, Brasil, Panamá, El Gran Caribe y toda la América Continental, salvo Estados Unidos y Canadá, donde la historia tiene otros hitos distintos.
Puede leer: Consultorio Ecológico: ¿Qué tan protegidas están nuestras áreas protegidas?
Algún día habrá de escribirse la historia tal como es y ser objetivos al señalar los elementos que conformaban la naturaleza que le dio asiento a la Gran Urbe Metropolitana que hoy llamamos Santo Domingo: Ozama, Isabela, Dajao, Tosa, Yabacao, Sabita, Guanuma, Haina, Isa Mana, Duey, Básima, Higüero y Matúa.
Todas son fuentes fluviales, con sus nombres originales aún, que conforman el Gran Parque Fluvial de Santo Domingo, que la contaminación mantenía ocultos. Hoy al levantarme, pude ver el Ozama achocolatado, pero con sus reales dimensiones.
Me permito invitar a todos los citadinos a mirar desde el Puente Flotante, Mella, Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Peynado, La Barquita y Cancino entre otros, para que podamos palpar con la vista, las reales dimensiones de los cursos de agua, de la riqueza hídrica inigualable que atesora la capital dominicana y que gracias a las lluvias intensas, se han llevado las lilas y nos permiten ver fluir hacia el mar Caribe, la esperanza líquida que desde siempre, la naturaleza a puesto a nuestro alcance.