P. Profesor, este año se estrenó con incendios forestales en la Sierra de Bahoruco y la Cordillera Central ¿Qué hacer para detener esta tragedia histórica, harto conocida e irreparable?

R. Hay riquezas y tesoros, bienes insustituibles y valores que no tienen precio, capital de vida y seguros del porvenir. Eso es, exactamente, lo que significan los parques nacionales Sierra de Bahoruco, Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez, sin dejar atrás a Manolo Tavares, ni a Juan Bautista Pérez Rancier.

¿Cómo evitar los incendios forestales? Muy sencillo, crear un “Servicio Nacional de Bomberos Forestales”, con profesionales de carrera, inamovibles y con remuneración privilegiada, bien equipados y con incentivos que vayan más allá de un sueldo 14.

Esta propuesta no es mía originalmente, si no de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que creó la Escuela Forestal de Jarabacoa en 1971-3, no solo para hacer dasónomos, si no, dar “cursos permanentes de combate y entrenamientos contra incendios forestales”.

Todas las casetas de la Sierra de Bahoruco y la Cordillera Central, son “Puntos de Control de Incendios”, dotados de un personal especializado en combate a este flagelo de los bosques dominicanos y que, entre sus herramientas indispensables, cuenta una torre de vigilancia, binoculares, radios y un sistema de carreteras, de mantenimiento obligatorio anualmente y que circundan los puntos históricos de fuegos.

El único remedio contra los incendios forestales que funciona, es la “medicina preventiva”, de hecho, no se sabe quién salva más vidas valiosas e insustituibles, entre el ministro del ambiente y el de salud pública.

La primera partida del “Presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente”, fue, debe ser y lo será tarde o temprano, para prevenir los incendios forestales…