Consultorio Ecológico

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Eleuterio Martínez

P. Profesor, nuevamente se activan los rellenos de las márgenes del Ozama ¿cuáles son los impactos envueltos en este sector del Cinturón Verde?
R. Las agresiones al Cinturón Verde no se detienen y lo que es peor, a nadie le preocupa su destino o protección. La autoridad local donde se realizan actualmente los rellenos, el municipio de Santo Domingo Norte, nunca ha mostrado interés por el cuido de este pulmón ecológico, porque lo que no hay nada positivo que esperar y aunque el Ministro del Ambiente Jaime David Fernández Mirabal dejó una estructura de vigilancia y protección, con personal y centro de control habilitados, actualmente luce disfuncional.

Es decir, no basta la existencia de una base legal (Decreto N° 183 – 93), de su pertinencia e importancia para la salud ambiental de la capital dominicana, como recinto ecológico de primera calidad y de proteger casi todas las fuentes de agua que llegan o se originan en el Gran Santo Domingo, para que alguna autoridad enfrente la realidad actual del Cinturón Verde, simplemente porque no resulta atractivo para fines políticos, sino, todo lo contrario, su arrabalización resulta la mejor salida para desentenderse totalmente de este asunto.

Bajo este panorama, es el momento preciso para marchar contra los ecosistemas o los ambientes más valiosos que lo conforman.
Es el caso del relleno con caliche, desechos de construcción y todo tipo de escombros que en estos momentos se realiza en las márgenes del Río Ozama, al pie de Buenavista – La Ceiba – Ceuta, al frente del Barrio Puerto Rico y al este de la Línea del Teleférico Santo Domingo.

Las agresiones al ambiente están a la vista de todo el mundo. No solo se sepultan los humedales protegidos por la Convención Ramsar y se viola la Ley Ambiental N°64-00, sino que se está arruinando una galería hermosísima de manantiales, igualitos a los del Cachón de la Rubia en Santo Domingo Este, a las lagunas de Gualey y tan grandes y atractivas como las de la Zurza en el ámbito del Distrito Nacional.

Es realmente lamentable, pero así fue que nació Las Cañitas, La Ciénega, Los Guandules, Los Tres Brazos y la propia Barquita que tanto dolor de cabeza le ha costado al Estado trasladar a un sitio seguro.

¡Tendremos que esperar otro ciclón Georges o un par de tormentas como Olga y Noel para que nos resuelvan este problema…! ¿Dónde está la inteligencia y la racionalidad?

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