P. Profesor, Iniciativa Santo Domingo 2050, ¿Cómo ordenar el territorio para que el desarrollo sea sostenible?

R. Es de lógica elemental que, para ordenar el territorio, el eje de la sostenibilidad lo establece la naturaleza. No es la naturaleza la que tiene que responder a los criterios del desarrollo, si no al revés, es la planificación la que tiene que adoptar los ejes de intervención que ella impone.

Es a partir de lo que existe, de lo que hay, del inventario de bienes naturales como capital base, la única garantía de una intervención inteligente, con carácter de sostenibilidad, del tipo o modelo de desarrollo que se puede alcanzar con su planificación.

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La naturaleza no obedece a criterios humanos, si no a sus propias leyes. Hay que entrar por allí para alcanzar éxitos duraderos o permanentes, pues no hay fuerza humana que pueda cambiar el curso de un río a largo plazo, si se desconoce la hidromorfología de su cuenca, pues toda presa, trasvase o aprovechamiento, tendrá sentido en tiempo / espacio, si se conocen las fuerzas naturales que impusieron la lógica de su escurrimiento.

Santo Domingo, como capital y provincia, está asentado sobre el remanso de los ríos Ozama y Haina y es huyéndole, consciente o inconscientemente, a las inundaciones, más que a la conurbación, que se ha construido su avenida de Circunvalación Vial. Para el ordenamiento del desarrollo industrial anhelado de su entorno, el verde es prerrequisito ineludible de toda intervención.

Hago lo que quiero, pero bajo las condiciones naturales sobreimpuestas en el territorio. Si mi accionar irrespeta el criterio de lo invariable, de lo incólume e imperativo del comportamiento de los ecosistemas envueltos, es casi seguro que no habrá legitimidad ni espacio para el éxito. En lo adelante, el cambio climático ejerce el imperio de toda intervención territorial, máxime Provincia Santo Domingo.