Consultorio Ecológico: Ley de Aguas

Consultorio Ecológico: Ley de Aguas

Eleuterio Martínez

P. Profesor, el Presidente anuncia que el 27 de febrero someterá la Ley de Aguas ¿cree usted que esta vez se hará realidad un sueño más antiguo que el presente siglo?

R. Nunca he sido pesimista porque creo en la ley de la posibilidad y porque estoy convencido de que la contraria, la ley de la imposibilidad, no existe. Sin embargo, la experiencia me dice que mientras una Ley de Aguas no sea potable, jamás nos la tomaremos los dominicanos.

Confieso que tengo 24 años trabajando sin parar, en proyectos de Ley de Aguas que llegan una y otra vez al Congreso Nacional, pero que perimen o fracasan en el intento. Voy a cruzar los dedos para que esta vez se haga realidad. Es un mandato de la Ley 64-00, no obstante, los intereses se imponen.

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El objetivo principal, el propósito esencial que tiene que imperar, es “Garantizar la Seguridad Hídrica de la Nación”. Sin agua no hay desarrollo, no hay salud, no hay patria, pues todas nuestras fuentes hídricas nacen y mueren en territorio dominicano o tenemos que compartirlas con el vecino país; son el sustento para la producción de alimentos de 11 millones de almas que aquí convivimos, más siete que vienen de turistas y gran parte de la población haitiana, ya muy superior a la nuestra.

Si nuestros congresistas afinan la vista y miran hacia las montañas, comprenderán que la cordillera Central es la “Madre de las Aguas”, pero está amenazada seriamente por actividades económicas que se apartan diametralmente del Objetivo 6 de los ODS, sobre el acceso universal al agua y a su saneamiento.
Para la nación, que agoniza y casi muere de sed frecuentemente por el fantasma de la sequía que persigue la Línea Noroeste y el Suroeste, el agua vale más que el oro.

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