P. Profesor,en esta semana terminan los Objetivos del Milenio que se trazó Naciones Unidas en el 2000para conducir a la humanidad hacia un mejor destino y como los resultados después de 15 años de trabajo, no son tan halagüeños, todas las naciones se proponen ahora relanzar los “Objetivos del Desarrollo Sostenible”, para cumplirse en los próximos 15 años ¿podría decirnos qué es el desarrollo sostenible y cómo se puede orientar al mundo en tal dirección?

R. El desarrollo sostenible es la tabla de salvación que las Naciones Unidas visualizan para la humanidad, después que hemos disminuido hasta grados extremos, la capacidad del planeta para sostener la vida. El desarrollo sostenible, tal como lo conciben sus expertos, “es aquel que procura el bienestar humano en el presente, sin comprometer los recursos naturales ni sus potencialidades para que la humanidad del futuro (nuestros hijos), pueda hacer lo mismo”.

Es decir, tenemos que lograr nuestro desarrollo sin dañar el ambiente ni destruir los recursos naturales, pues eso es lo que históricamente se ha hecho y las consecuencias son tan desastrosas que los científicos están locos por encontrar una fórmula que permita construir una tecnología capaz de detener la amenaza de los cambios globales del clima. El calentamiento global, las sequías, las inundaciones y las catástrofes naturales tienen de rodillas a todas las naciones, la ciencia y la tecnología.

La sostenibilidad se refiere al equilibrio que debe darse en la actuación y el comportamiento humano con respecto a la naturaleza, a la hora de buscar lo que necesita para lograr su supervivencia y alcanzar su bienestar. Esa sostenibilidad debe darse en lo económico, en lo social y en lo ambiental.

Eso debe ser así, pero jerarquizando lo ambiental y no al revés como se quiere seguir haciendo. Me explico; es el hombre quien tiene que adaptarse a la naturaleza y no al revés. A la naturaleza se le pide, pero no se le pone condiciones. El ser humano tiene que vivir en armonía entre sí y con su Madre Naturaleza. La economía se hizo para servirle al hombre y no el hombre para servirle a la economía.

Y es ahí donde existe el problema, porque para hacer sostenible la vida humana, es preciso erradicar primero el egoísmo y privilegiar la solidaridad, la equidad y sobre todo, anteponer el respeto a la vida ante cualquier proyecto o acción humana.