P. Profesor, mayo es el mes del agua ¿cree usted que los conflictos que vive la humanidad por la escasez de este recurso, podrían tocar a la República Dominicana?
R. Así es, mayo es el mes del “Día Mundial Forestal y del Día Mundial del Agua”. Con gran acierto, las Naciones Unidas dedica los días 21 y 22 de marzo, a la celebración del bosque y el agua, pues el vínculo entre ambos es tan estrecho y directo que “sin bosques no hay agua”.
El acceso al agua se está convirtiendo rápidamente en una peligrosísima arma de guerra y actualmente en el mundo, hay países, regiones y continentes que así lo atestiguan, bastaría con ver a Israel, Siria, Turquía, todo Medio Oriente, África y Australia.
Consultorio Ecológico: La Reserva Científica de Quita Espuela
En las próximas décadas, la humanidad se abocará a experimentar grandes crisis de refugiados climáticos y por escasez de agua, algo que ya está ocurriendo en el Norte de África, la Región Indo-pacífico y todo el Medio Oriente, donde cuentan las leyendas que, Juan Comodoro, buscando agua encontró petróleo, pero se murió de Sed.
Es muy probable que muchos dominicanos piensen que esos problemas del mundo jamás nos tocaran, pues, aunque con una distribución muy desigual, todavía podemos decir, que tenemos agua suficiente para saciar nuestra sed.
Eso es cierto, pero hasta cierto punto. Sí miramos hacia el lado y somos objetivos, veremos que Haití no solo tiene hambre, sino que tampoco tiene agua para abastecerse ni siquiera de lo indispensable y que el poquito que le llega, se produce en República Dominicana, pues el Artibonito, el río más grande de la isla, con 9,013 kilómetros cuadrados, tiene su cabecera de este lado de la frontera.
¿Ya vimos lo que pasó con el río Dajabón?, ahora esperemos lo que vendrá con el Mulito – Pedernales.