P. Profesor, ¿Por qué dedicar un Parque Nacional a la honra de Luis Qinn?
R. Por la hermosa vida de un filántropo, ecologista y humanista que dedicó los mejores y más productivos años de su vida a San José de Ocoa, donde hizo historia durante 42 años y sembró huellas de esperanza viva, al servicio de los campesinos cordilleranos.
Este ser humano excepcional y sacerdote católico, hacía sus misas a las 6:00 AM y a las 7 de la mañana salía para los campos, a recorrer montañas, ríos, bosques, barbechos y zonas desoladas por la erosión, para organizar los campesinos y hacer parir la tierra, cuidando las aguas, los suelos y el bosque.
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Luis predicaba con el ejemplo, hacía acueductos, reforestaba, hacía reforma agraria entre los mismos campesinos, compartiendo la tierra de los que tenían más con quienes no tenían nada, hacía acueductos, compartía con todas las organizaciones de ayuda social, con los religiosos, con los técnicos de Agricultura, del IAD, del INDRHI, Foresta, con los políticos y hasta con el Presidente de la República y yo fui testigo de excepción, cuando se negó a bendecir la Presa de Jigüey, porque el Dr. Balaguer no le cumplió con reasentar los campesinos que vieron sus tierras sepultadas bajo las aguas del embalse.
Yo le acompañé por décadas en estas acciones y lo ví sudar la sinceridad, el amor y la entrega a esta causa, que los dominicanos nunca debemos olvidar y, precisamente, tuvimos el honor de levantar la data base y la cartografía de este parque nacional que por siempre honrará su nombre, resguardando el núcleo y la cabecera del Segundo Corredor Biológico más importante de La Hispaniola, que parte desde la Reserva Científica Erik, L. Ekman, Sueco (pero también de Ocoa), y termina en Loma Miranda.