P. Profesor, ¿por qué es preciso sanear el Ozama?
R. Porque es el referente histórico de nuestra identidad ante el mundo y la civilización occidental. Sobre el Ozama se han tejido todas las historias. A esta corriente fluvial no le cabe una leyenda más y estimo que a los poetas no le ha faltado un elemento superior para despertar su inspiración.
El río Ozama tiene más historia que agua, es la primera cara del país que se expone ante los ojos de los turistas que llegan en cruceros y por avión, presencial o virtualmente. Es el primer y más importante elemento colonial que puede exhibir este Patrimonio de la Humanidad que la UNESCO, tardó hasta 1992 en exponer al mundo como la mayor riqueza occidental fuera de Europa.
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Su potencial intrínseco para el turismo lúdico, es inconmensurable, pues es la mejor puerta de entrada al Parque Nacional Humedales del Ozama, con 35 kilómetros navegables, desde el Puerto de Sansoucí hasta el Acueducto Barrera de Salinidad y desde Los Tres Brazos hasta Puerta de Hierro o Pantojas.
En síntesis, todos los esfuerzos realizados y los que sea preciso iniciar, encuentran una razón de ser, una justificación y una lógica para su saneamiento y puesta en valor, debido a los niveles alarmantes de contaminación química, orgánica y sobre todo visual, debido a las chatarreras, barcos hundidos, basureros en sus márgenes, asentamientos humanos precarios y sobre todo, la presencia masiva de Lilas (Eichornia crassipes).
Que es imposible sanearlo y por qué la hizo Londres con el Támesis, New York con el Hudson y París con el Sena. En nuestro caso, lo que ha faltado es una tecnología apropiada, específica y acorde con la realidad que le asiste y ante todo, una actitud política con continuidad de propósito.
Es hora de lavarle la cara al Ozama…