R. Los ríos van hacia el mar, porque vienen de las montañas. Entre el mar y las montañas vive la humanidad. Las enfermedades de las montañas, las sufre el mar. Es decir, la vida humana depende esencialmente, de lo que pase en las montañas y el mar, los dos grandes sistemas esenciales que conforman la biosfera.

La importancia de las montañas para el planeta, la biodiversidad, el agua, los ecosistemas y la vida del Ser humano, es el tema mejor tratado en las Naciones Unidas, pues entre todos estos elementos, existe un cordón umbilical que los une. De ahí que la FAO, 1945, nació con su Departamento de Montes; en la Cumbre para la Tierra de Río ’92 y la Agenda 21 se dedica un capítulo especial para las montañas y se dedica el 11 de diciembre al Día Mundial de las Montañas.

Todo se debe a que las montañas representan el punto de inflexión de los ecosistemas terrestres y los puntos más sensibles para la biodiversidad. Un ejemplo sencillo lo podemos ver en el hecho de que uno de los puntos más valiosos de la diversidad biológica planetaria, se encuentra en el territorio insular de las Antillas, donde Cuba ocupa el mayor de los espacios superficiales, con 114,000 kilómetros cuadrados y más de 7 mil especies botánicas distintas y sin embargo, República Dominicana (La Hispaniola), 77,000 kilómetros cuadrados y 6,000 plantas diferentes, tiene una mayor riqueza biológica, al poseer ecosistemas montañosos, más elevados.

Es decir, es una paradoja que La Hispaniola, más pequeña y menos formas de vida, tenga mayor biodiversidad que Cuba, más grande y más formas de vida. Pero La Hispaniola tiene al Pico Duarte, La Pelona y La Rusilla con más de tres kilómetros verticales, mientras que Cuba solo tiene al Pico Turquino, con una altura menor a los dos kilómetros verticales (1,974 metros sobre el nivel del mar).