P. Profesor, ¿vio la posición de la República Dominicana a favor de la protección de las ballenas ante el boicot de varios países en contra de la creación de un Santuario Marino en el Atlántico Sur?
R. Si, en la reunión bienal de la Comisión Ballenera Internacional, que acaba de celebrarse para adoptar varias resoluciones a favor de la conservación de las ballenas, el Ministerio de Medio Ambiente de la República Dominicana, se unió a un grupo de países que rechaza la cacería de estos mamíferos marinos para fines de alimentación, como propusieron naciones como Antigua y Barbuda.
El argumento de la mayoría de los países representados, a favor de la creación del “Santuario Marino del Atlántico Sur” propuesto por Argentina, Uruguay y Brasil, apoyado por nuestro país fue, que: “las ballenas valen más vivas que muertas y que son vitales para sostener océanos más productivos».
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La Comisión Ballenera Internacional (CBI), es un organismo intergubernamental que cuenta actualmente con 89 gobiernos de países de todo el mundo, pero unos 17 de ellos, algunos sin tradición pesquera (Santa Lucía, Antigua, Barbuda), alegan que necesitan las ballenas para alimentarse, aunque ninguno tienen flotas pesqueras; solo están influenciados por países que se oponen a la moratoria de la cacería de ballenas, adoptado por esta comisión en 1982, que ha permitido la supervivencia y recuperación de los animales más grandes que le quedan al planeta y que fueron diezmados por dos o tres que sí son balleneros y azotan los océanos terrícolas.
El país es un ícono mundial de la conservación de las Ballenas Jorobadas, al crear en 1986, el primer “Santuario Marino” del Atlántico Norte, para salvaguardar la casa o hábitat principal de la Megaptera novaeangliae, la enorme Yubarta, el segundo animal más grande del planeta.