P. Profesor, a propósito de Puerto Viejo, ¿Qué es un Refugio de Vida Silvestre?
R. Como su nombre lo indica, es un espacio de la naturaleza extremadamente frágil, donde especies sumamente valiosas de la vida silvestre establecen su casa o espacio de supervivencia, porque le ofrece las mejores condiciones para su alimentación (nicho trófico), condiciones ideales para su reproducción (nicho reproductivo) y las condiciones ambientales ideales para la convivencia en familia y especies asociadas que complementan sus exigencias existenciales (nicho conductual).
Es decir, la vida no está tirada al azar en cualquier lugar de la naturaleza, si no que su presencia, donde quiera que se encuentre, obedece a leyes existenciales muy puntuales y que son de obligatoria observación, cuando entran en peligro de extinción o son amenazadas por condiciones externas a la propia naturaleza que ha marcado sus procesos biológicos y evolutivos.
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De ahí que los manatíes (Trichechus manatus), instintivamente han seleccionado la albufera de Puerto Viejo – Azua, una especie de laguna marina atrapada en tierra o rodeada de arrecifes coralinos, de aguas someras y tranquilas, donde llegan los ríos Távara y Jura para bajar la salinidad y crear ambientes de aguas blandas o salobres, requeridas por los neonatos (las crías), pues esta especie de mamífero marino, originalmente era de tierra firme y, conforme a sus procesos evolutivos, alcanzaron el mar, refugiándose en lugares seguros entre los caños de los manglares.
De ahí que Puerto Viejo es un “recinto ecológico muy especial” para la vida de especies con valores únicos y que jamás debe ponerse en peligro con elementos contaminantes y alta perturbación, como las barcazas para la generación de electricidad, usando combustibles fósiles.
Un Refugio de Vida Silvestre es “conservación in situ”, es decir, en el lugar. Si no