P. Profesor, el capital ecológico también se degrada, se pierde y hasta se extingue, ¿Qué está pasando con el capital de Ébano Verde de Valle Nuevo?

R. Primero permítame señalar que a los expertos mejor calificados en el conocimiento y el arte de trabajar la madera se les conoce como “ebanistas”, haciendo honor a la calidad de la anatomía de la madera del Ébano, considerado como una de las maderas más finas del mundo.

A la República Dominicana le cabe el alto honor de albergar en su territorio la mayor y única Reserva Mundial de Ébano Verde (Magnolia pallescens), la cual se encuentra en el Parque Nacional Valle Nuevo, aunque hay unas pequeñas muestras en la “Reserva Científica” que honra su nombre.

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Solo hay un punto sobre el planeta Tierra donde existe un árbol de madera marrón oscuro, veteada de verde o color Aceite de Oliva, que se torna más hermoso y perfumado a medida que pasa el tiempo, una verdadera joya del “Reino Plantae”. Allí se forma un continuo ecológico que se extiende entre las lomas La Golondrina y La Sal, en Jarabacoa, pasando por “La Calentura y Las Neblinas, hasta llegar a Pinar Parejo”, estas tres últimas, donde alcanza su mayor expresión y pertenecen al Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier – Valle Nuevo – Constanza.

El Ébano Verde, codiciado desde tiempos coloniales, actualmente se está saqueando, extrayendo ilegalmente de Valle Nuevo y es un secreto a voces que se comenta en las calles de Bonao, cuando por las noches es transportado por camiones sin placa y a veces sin luces.

Esta Magnolia nuestra, con la flor más blanca y exquisita que pueda existir, cuya madera es muy diferente y mil veces más preciosa que el Ébano Negro (Diospyrus ebenaster), que es el conocido en el mundo, merece ser considerada la “Marca – País” de la flora autóctona.