P. Profesor, ¿por y para qué la gobernanza de la Reserva de Biosfera Madre de las Aguas?
R. Porque es la tercera, pero la más importante “Categoría de Reconocimiento” que hace la Unesco para la Isla La Hispaniola, las dos primeras: “Jaragua – Baoruco – Enriquillo (dominicana)” y “Massif La Selle (haitiana)”. Pero esta, la tercera, es el reconocimiento de este Organismo Mundial de las Naciones Unidas vinculado a la Educación, la Ciencia y la Cultura, para el desarrollo de los ecosistemas más extensos, más biodiversos, comunidades montañosas, cordilleranas y donde se produce la mayor reserva de agua fluvial de la isla.
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Una Reserva de Biosfera, no es un área protegida, de hecho, solamente “La Madre de las Aguas” tiene 22 unidades de conservación (parques nacionales, refugios de vida silvestre, monumentos naturales…), distribuidas en 11 provincias y 36 municipios y una cantidad ingente de secciones, parajes, poblados, aldeas y espacios agrícolas, ganaderos e incluso, campos en barbecho y zonas en regeneración natural.
En realidad es un gran espacio geográfico de convivencia del Ser humano y la naturaleza, para mutuo desarrollo y bienestar. Su gestión tiene un componente local y otro mundial, por lo que su gobernanza es compartida por la Comunidad Internacional, en este caso por el MaB (Comité del Hombre y la Biosfera), con Sede en París (quien aprueba y monitorea) y una “Estructura de Gobernanza Local (nacional)”, que tiene que cumplir con las normativas internacionales establecidas a nivel global y para que todo país que la posee, pueda garantizar una gestión acorde con este “Modelo de Desarrollo” que viene implementando Unesco desde 1968.
De ahí el compromiso adquirido por la República Dominicana, para garantizar la conservación del 80% de sus aguas nacionales, los ecosistemas más valiosos (biodiversidad) o áreas núcleo.