P. Profesor, ¿será cierto que en Sierra de Bahoruco anidan aves de alta mar?

R. Aunque cualquiera se niega a creerlo, así es. El Diablotín (Pterodroma hasitata), es un ave pelágica, que habita en cayos o islotes emergidos o más bien perdidos en la inmensidad de los océanos, o en alta mar.

Por razones que solamente conoce la naturaleza, esta ave de largas alas y que por espacios de tiempos inimaginables permanece suspendida en el aire o con movimientos sinuosos muy suaves, sin aletear, en medio de las nubes o el azul del cielo, todavía viene a las montañas más altas de la Sierra de Bahoruco a fabricar sus nidos y sacar sus polluelos.

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A la primera persona que escuché hablar sobre aves pelágicas o de los océanos, que suelen llegar a tierra firme para anidar y reproducirse, fue a Annabelle Stockton de Dod, la primera ornitóloga que vino al país y se quedó casi hasta la hora de su muerte, dejándonos la obra más completa y una guía de interpretación sobre las aves dominicanas.

Ella y su esposo Donald Dod (un ingeniero petroquímico que realizó los estudios más completos sobre las orquídeas dominicanas), me acompañaron en recorridos que hicimos por todo el país durante los años 80 del siglo pasado, cuando nos correspondió crear las 7 áreas protegidas de 1983, que se sumaron a las primeras 5 históricas que ya existían en el país.

Annabelle nos dijo que el Diablotín anida en los farallones de Jaiquí Picao, hoy Parque Nacional Piky Lora, que también nos tocó crear en el 2009, 26 años después y que esta ave oceánica, guardaba en su memoria evolutiva, esos lugares que emergieron del fondo del mar, donde sus ancestros se reproducían. Este mismo fenómeno se está dando en el Parque Nacional Sierra de Baoruco.