Pregunta de la lectora: ¿Cómo afrontar el estrés familiar?

Respuesta de la terapeuta: La familia experimenta estrés interno y externo que requieren de un afrontamiento funcional y de adaptación cuando es necesario que se asuma un cambio que le favorezca y que preserve la autonomía y el desarrollo de sus miembros.

El estrés externo es la tensión o incomodidad que experimenta la familia ante situaciones cambiantes del entorno como por ejemplo la pérdida de trabajo, cambios en la economía o emigración, entre otros. La familia tiene que adaptarse a las circunstancias y asumir nuevas responsabilidades.

Puede leer: Consultorio familiar: ¿Cuáles son las consecuencias de la dependencia emocional?

Por otro lado, el estrés interno es lo que sucede en el contexto familiar como por ejemplo una separación, cuando un hijo declara una orientación sexual inaceptable para los padres o consume sustancias no controladas.

Si la familia no posee los recursos internos para afrontar la situación favorablemente y el estrés se prolonga, se le hace más difícil lograr el cambio. Si existen tensiones acumuladas por conflictos no resueltos, es altamente probable que la familia o un miembro desarrollen síntomas que alteren la funcionalidad cotidiana, la disfunción de uno de los hijos o la pareja.

Cuando la familia se ve atrapada y sin posibilidad de resolver la situación por sí misma, es recomendable buscar ayuda para dialogar sin acusarse ni atacarse, explorar nuevas alternativas, incrementar la flexiblidad para mirar el problema desde otro ángulo, evitar discusiones improductivas y preservar la autonomía.

El beneficio sería que la familia no se fragmente ni pierda el control ante la situación, logre acuerdos, preserve los vínculos afectivos y que la relación sea respetuosa.