Especialista en derecho laboral
P. Profesor, ¿cuál es el futuro que queremos? o más bien ¿podría indicarnos cuáles fueron los resultados de la Cumbre para el Desarrollo Sostenible «Río + 20»?

R. Lo cierto es que no está claro el futuro que queremos. Lo único que se sabe de los resultados de Rio + 20 es la aprobación de un «Documento Guía para el Desarrollo Sostenible» que servirá de parámetro a las 193 naciones que se dieron cita en esta cumbre y el resto del mundo, para hacer una transición hacia una economía verde «inclusiva».

No sé si «fracaso» es el epíteto o el traje que mejor le queda a esta reunión de dignatarios mundiales, la más grande realizada hasta ahora en la historia de la humanidad, pero la insatisfacción con sus resultados es el estado generalizado de los políticos, diplomáticos y técnicos oficiales o representantes de las naciones e igual sentimiento embarga a los participantes en las reuniones paralelas, realizadas por ONG´s, Grupos Indígenas y Militantes Ambientalistas, quienes mantuvieron posiciones encontradas con los participantes en la oficialista.

Todo ha quedado en el aire. El documento guía para el Desarrollo Sostenible es un recetario para que las naciones se vacunen durante los próximos tres años, pues entre el 2012 y el 2015, los países deberán desarrollar una serie de acciones que les permita arribar o afinar la forma en que se dará la transición hacia esa tan cacareada «economía verde inclusiva», que será la base o plataforma de soporte para brindarle sustentabilidad al desarrollo soñado: «el futuro que queremos».

El plan aprobado, de 53 páginas, fue bautizado por los ecologistas, organizaciones sociales, los presidentes y jefes de gobierno y hasta por el mismo Secretario General de las Naciones Unidas (Ban ki Moon), como «poco ambicioso», para no decir que deja insatisfecha a la humanidad ante las expectativas creadas para esta cumbre, donde se creía que se harían anuncios históricos y a la altura de los problemas ecológicos globales.

Se manda a trabajar en los próximos tres años y en todos los países en tres grandes prioridades para el planeta: 1.-el combate a la pobreza y el hambre; 2.- la protección de los bosques, los océanos y la biodiversidad, y 3.- alcanzar una agricultura y energía sostenibles. Todo ello bajo el manto de un cambio radical en los patrones de consumo y la creación de los objetivos del desarrollo sostenible.