A pesar de que el artículo 109 de la ley 275-97 prohíbe el expendio y distribución de bebidas alcohólicas, en la mayoría de los barrios y sectores residenciales cercanos a los centros de votación, hubo venta y consumo de cerveza, ron y whiskys.

Los principales centros de venta eran los colmadones, en los cuales la gente tomaba sus tragos y cerveza y celebraban «el triunfo» con anticipación.

En los centros ubicados en los diferentes kilómetros de la carretera Sánchez, la gente tomaba, como si ignorara totalmente las disposiciones legales, en tanto que ninguna autoridad se tomó la molestia de indagar el origen de las bebidas.

«Desde 24 horas antes de las elecciones, no podrá expenderse, ni distribuirse a ningún título, bebidas alcohólicas, hasta tres horas después de terminada la votación», reza el artículo 109 de la ley electoral.

En numerosos colmados de los ensanches La Fe, La Paz, Honduras, Mira Flores, Mirador Norte, la carretera Sánchez, la carretera Mella y otros sectores, la gente tomaba en los colmados y a veces, en algunos, eran evidentes los símbolos de partidos políticos.

Alrededor y dentro de los centros de votación, hubo también una variada venta de comida, jugos, café y todo tipo de picaderas, los cuales eran disfrutados por los sufragantes.