¿Consumir sal? Sí, pero sólo la justa 

¿Consumir sal? Sí, pero sólo la justa 

EFE. Reportajes. La sal es necesaria para el buen funcionamiento del organismo pero un consumo excesivo resulta contraproducente.

Una elevada ingesta de sal puede precipitar la aparición de enfermedades como la hipertensión o la osteoporosis, según indican los expertos.

No se trata de desterrar la sal, sino de consumirla con moderación. “La sal es un elemento indispensable para el organismo y no podríamos prescindir de ella”, afirma Alejandro Domingo Gutiérrez, miembro del servicio de endocrinología y nutrición del Hospital USP San Camilo de Madrid.

“Gracias a la sal controlamos el contenido de agua de nuestro cuerpo y  facilitamos, en colaboración con el potasio, las actividades de los sistemas muscular y nervioso, además de estimular funciones en células y tejidos de otros sistemas orgánicos”, señala.

No obstante, consumir demasiada sal puede acarrear importantes problemas de salud. “La Organización Mundial de la Salud  recomienda no superar los seis gramos de sal al día, aunque los requerimientos mínimos son de cuatro gramos diarios”, explica el doctor Domingo.

“Desgraciadamente, esta cantidad mínima es ampliamente superada. En España, las cifras de consumo medio de sal triplican casi lo aconsejable”, indica el facultativo.

“Las necesidades de sal varían, sin embargo, en cada persona según su constitución y sus circunstancias ambientales. Así, en climas más cálidos o en trabajos más intensos, las dosis requeridas de sal serán mayores”, añade.

“En las Américas, casi todas las personas toman demasiada sal. Muchos adultos y, muchas veces, niños consumen más del doble de la cantidad considerada necesaria para la salud”, señala la Organización Panamericana de la Salud.

“La sal entra en la composición de muchos alimentos, en algunos de manera natural, como en vísceras o mariscos.  No obstante, en la mayoría de los casos su presencia, sobre todo en los alimentos procesados, se debe al empleo de la sal como conservante o a su uso para realzar el  sabor”, comenta  Domingo.

“Aceitunas rellenas de anchoas, jamón curado y pan, por ejemplo, son alimentos cuyo contenido en sal debemos tener en cuenta a la hora de elegir menú”, recomienda el endocrino.

Además, “tenemos que comprobar siempre en la etiqueta del producto su contenido en sal para, de acuerdo con esa cantidad, elegir los más convenientes para nuestra salud”, añade.

Enfermedades cardiovasculares. Resulta fundamental consumir este producto con moderación pues “una cantidad excesiva de sal en la dieta causa aproximadamente el 10% de las enfermedades cardiovasculares”, indica la Organización Panamericana de la Salud.

Un consumo elevado de sal “puede determinar, a través de la retención de agua, un exceso de peso con repercusiones negativas sobre el funcionamiento de los sistemas cardiovascular, respiratorio, óseo y de las articulaciones”, apunta Domingo.

“De todas estas manifestaciones patológicas, una de las más importantes es la hipertensión arterial, con las graves complicaciones que produce”, manifiesta el especialista. La abundancia de sal puede originar una merma de calcio en los huesos. Tal exceso “puede producir también pérdida de calcio por orina y osteoporosis”, explica.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas