Las personas que consumen cannabis podrían necesitar más anestesia durante una operación quirúrgica, según un estudio que también señala que los consumidores de esta planta podrían tener además más dolores después de una intervención.
Los resultados de esta investigación se han presentado en la reunión anual de Anesthesiology. Los científicos compararon los efectos del cannabis entre los consumidores y los no consumidores durante y después de la cirugía; todos los pacientes del estudio fueron operados por una fractura de tibia, en la pierna.
«Hay algunas pruebas de que el cannabis puede ser beneficioso para el dolor crónico y nervioso. Sin embargo, las primeras investigaciones sugieren que no es el caso para el dolor agudo como el de la cirugía de una pierna rota», asegura Ian Holmen, autor principal del estudio y anestesista en el Hospital de la Universidad de Colorado, Aurora.
«Ahora entendemos que los pacientes que usan opiáceos de forma crónica antes de la cirugía a menudo tienen respuestas de dolor exageradas y necesitan más medicación para el dolor después de la operación porque tienen una mayor tolerancia», agrega.
En este sentido, este científico señala: «especulamos que el consumo de cannabis puede causar un efecto similar, pero necesitamos más investigación para determinar si este es el caso».
Los investigadores examinaron los historiales de 118 pacientes que fueron operados en el Hospital de la Universidad de Colorado para reparar una fractura de tibia y encontraron que 30 (25,4%) habían informado de haber consumido cannabis antes de la cirugía. No se indicaba el momento, la frecuencia y el tipo de consumo de cannabis.
Luego compararon los dos grupos (usuarios y no usuarios), evaluando la cantidad de anestesia suministrada durante la cirugía, las puntuaciones de dolor comunicadas por los pacientes y la dosis de opiáceos consumidos en el hospital después de la cirugía.
Así, vieron que los que habían consumido cannabis requerían más sevoflurano (anestésico): un promedio de 37,4 mililitros en comparación con los 25 mililitros de los que no habían usado esa sustancia y reportaban mayores puntuaciones de dolor durante la recuperación.
Estos recibieron además un 58 % más de opiáceos por día mientras estuvieron en el hospital (una estancia típica era de 2-3 días): un promedio de 155,9 equivalentes de miligramos de morfina por día frente a 98,6.
«Este estudio muestra que es importante que los pacientes digan a su médico anestesiólogo si han utilizado productos de cannabis antes de la cirugía para asegurarse de que reciben la mejor anestesia y control del dolor posibles, incluido el uso de alternativas no opiáceas», añade Holmen.
También confirma que se necesitan más investigaciones para comprender cómo el cannabis influye en el dolor, según este científico.