El consumo de leche en la República Dominicana es de 70 litros por personas al año, menos de la mitad del promedio mundial, que es de 150 litros, a lo que se agrega que últimamente la demanda de ese alimento bajó en más de 30 por ciento.

Los datos los ofrecieron el presidente y el vicepresidente de la Asociación de Industrias Lácteas (ADIL); Julio Virgilio Brache Alvarez, Diego Blanco Genao, el presidente de la Asociación de Importadores de Leche en Lata (AILEL) Bayardo Mejía Arcalá y los representantes de productores de queso, Jhonny Straus y Pedro Monegro, al participar en el Encuentro Económico del periódico HOY.

Según Brache Alvarez, el aumento de los precios del maíz y la soya en el mercado internacional, agravado con el alza del dólar, incidió en un aumento de los costos de producción y en una reducción de la oferta de leche en el país.

Blanco Genao, al participar, dijo que cerca de 8.9 millones de dominicanos consumen unos 600 millones de litros de leche al año, tanto de producción nacional como importada, lo que implica que cada dominicano consume menos de 75 litros de leche anualmente.

Esa cantidad representa el 50% de la leche que debe tomar una persona adulta, de acuerdo a lo que recomienda al Organización Mundial de la Salud, pero por la falta de dinero para adquirirlo, muchos dominicanos no tienen acceso a esa importante fuente alimenticia.

Los dirigentes empresariales atribuyeron el bajo consumo de leche a la caída del poder adquisitivo de los dominicanos y a los altos precios que exhibe ese producto, por efecto de las trabas a la producción y a las importaciones.

Brache manifestó que la reducción en la producción de leche a nivel local, «nos ha afectado a todos significativamente, incluyendo a las queserías, a tal nivel que nosotros, Pasteurizadora Rica, estuvimos cerca de dos meses cerrados, porque no recibíamos leche suficiente. Ahora hemos empezado a mejorar», indicó.

Añadió la necesidad de aumentar significativamente la producción nacional, pero que mientras eso ocurra, el pueblo dominicano no puede sentirse coartado en su consumo.

Entonces, añadió, hay que balancear la producción nacional con la importación y abastecer el consumo adecuadamente para evitar la especulación, opinó Diego Blanco.

En ese orden, Mejía Arcalá explicó que la cuota de importación de leche fue fijada en unas 32,000 toneladas desde hace unos cinco años, tiempo en el cual se disparó el consumo con el aumento de la población.