¿Contenderá la mujer con Dios?

¿Contenderá la mujer con Dios?

MARLENE LLUBERES
En los últimos días se ha estado debatiendo intensamente la posibilidad de despenalizar el aborto, generando esto opiniones encontradas. El Congreso Nacional ha celebrado vistas públicas con representantes de las iglesias, organizaciones de mujeres, instituciones académicas y profesionales,  con el objetivo de fijar su posición frente a la posibilidad de modificar el artículo 98 del Código Penal, el cual establece  que el que por cualquier medio practicare el aborto, o cooperare con el mismo, aún con consentimiento, será castigado con prisión de cuatro a diez años y que igual pena se le aplicará a la mujer  que lo causare.

En el entendido de que a la mujer hay que otorgarle la oportunidad de tomar la decisión sobre el embarazo, cuando sea producto de una violación o de un incesto, un importante sector de la población ha argumentado la legalización de este procedimiento, especialmente en el caso del aborto terapéutico, de hecho, en la actualidad, la práctica del aborto es tan generalizada, que muchos médicos lo realizan convencidos de que es ya legal.

Otros, por el contrario, califican este hecho como un negocio lucrativo y, consecuentemente, un acto criminal.

Frente a estos análisis, humanamente lógicos y fundamentados, debemos detenernos a buscar la opinión de aquel, que siendo  el autor de la vida, tuvo en su corazón la decisión de traer al mundo un nuevo ser, a través  del vientre de una  mujer, para hacer realidad Su sueño.

Dios crea una vida y, antes de ser engendrada, la piensa, la diseña y escribe cada uno de sus días. Construye para ella, determinados planes y propósitos específicos para que sean desarrollados en esta tierra. Por tanto, conformamos parte de un proyecto de vida que sale del mismo corazón de Dios.

Cuando una mujer decide romper los vínculos con ese ser creado, desde la eternidad, arranca, de este mundo a un ser humano que fue creado por decisión divina y que  venía ya con designios para  ser ejecutados.

Destruir a alguien dentro de nuestras entrañas, es quitar la vida que Dios formó de su amor perfecto hacia nosotros. El ser humano es traído por quien es el hacedor de todo, por el que extiende, solo, los cielos y la tierra, por Él mismo, quien nos llevó desde la matriz.

Con defectos físicos, fruto del estupro o la violencia, esa criatura es una vida con propósito, un ser  creado a imagen y semejanza  de Dios, que desde el vientre de la madre, tiene comunicación con su creador porque en ella está el soplo del aliento de vida.

Todo embrión puede ver los  ojos de Dios. En su libro estaban escritas todas  aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas; nos escogió en Él, antes de la fundación de la tierra.

Prestemos atención al Señor, para que Él no haga conforme a nuestra insensatez, porque al aceptar la despenalización del aborto y considerarlo como un acto legal, no establecemos lo que es reto delante de Dios.

¿Tendrá derecho la mujer de disponer sobre esa vida? ¿Podrá la mujer contender con el Todopoderoso? ¿Anulará el juicio de Dios y lo condenará, para justificarse ella?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas