Si bien es cierto que el sistema capitalista es el más eficiente y por ende el que más riqueza genera, no deja de sorprender sus exponentes de irracionalidad asombrándonos con situaciones que pueden resultar insólitas. BBC Mundo acaba de resaltar un artículo realmente increíble, parecería de ciencia ficción de no ser por las graves consecuencias económicas que encierra para varios actores. Únicamente es comprensible en la lógica (¿?) capitalista. Desde hace unas semanas se encuentran a “la deriva” económica más de 540 mil contenedores en océanos del mundo, además de otros miles que están en condición de rehenes en diversos puertos. ¿Adónde se dirigen todos esos contenedores?. Bueno, salieron con un destino prefijado, como sucede siempre, pero a estas alturas nadie sabe dónde se descargarían ni cuando, en tanto buques, carga, contenedores y marineros están entrampados en alta mar.
¿La razón? La compañía Hanjin Shipping, la más grande de Corea del Sur, uno de los líderes del comercio internacional, se declaró en bancarrota. Nadie quiebra repentinamente por lo que habría que explicar cómo la compañía no previó la situación y permitió ese descontrol. No he encontrado una explicación. Ahora, barcos, cargas y tripulaciones se encuentran prácticamente naufragando porque ningún puerto permite que entren a los muelles y descarguen por la incertidumbre de si les pagarán y quién. Si no se esclarece la situación financiera no hay solución logística. En verdad, ciertamente, es lógico. Nadie tiene la obligación de asumir los costos de la irresponsabilidad de otros. Es un desastre de una magnitud sin precedentes. Tan complicado que aun si algún puerto permite la anclada posiblemente el barco no se atreva a entrar por la posibilidad de que los suministradores de la compañía quebrada los embarguen. Es sin dudas una gran catástrofe que habrá de tener efecto en cadena de algún impacto por las afectaciones a navieras, empresas comercializadoras, propietarias de contenedores. Miles de estos que habían sido descargados se encuentran retenidos como garantía de pago. Agréguese al problema que una buena parte de la carga dentro de los furgones responden a cadenas de suministro especialmente cuando ya se manifestaba uno de los momentos más activos del comercio internacional previo al periodo navideño.
Se ha señalado que, incluso, la propia estructura de propiedad es complicada debido a que algunos de los barcos a la “deriva” son alquilados y, por tanto, pertenecen a otras navieras las que no pueden recuperarlos y sin esperanzas que les paguen el arrendamiento, con las consecuencias que tendría para ellas. Lo mismo sucede con la propiedad sobre los furgones. Además de que hay contenedores que se encontraban en tránsito en otros puertos que ahora no hay quien los recoja. La situación es igualmente crítica para otras cuatro empresas que eran socias de la quebrada. Los costos son inmensos y de consecuencias imprevisibles para muchos. ¿Y las tripulaciones?. Una tragedia humana. Igualmente a la deriva, sin recibir sus salarios, ni poder entrar a puertos y pronto se les agota los suministros.