Continente de esperanzas e islas de desencanto

Continente de esperanzas e islas de desencanto

Continúan los comentarios acerca de la excelencia del discurso de instalación del presidente Danilo Medina el pasado día 16 en que por primera vez en el siglo una alocución de esa naturaleza es bien recibida por la población, la cual comprendió el alcance del mensaje de  ¡Manos a la obra! con el cual enfatizaba sus palabras.

Pero así mismo el morbo de la población quedó desilusionado con la conformación  del equipo gubernamental para el servicio al país al permanecer en el mismo muchas caras conocidas de la pasada administración que para el entendimiento general no podía formar parte de algo novedoso y en consecuencia tales nombres sonoros debía formar parte del baúl de los recuerdos o de hasta acciones judiciales.

Sin embargo, el presidente Medina como el mejor estratega del PLD, que desde sus tiempos de diputado y luego como secretario de la Presidencia en los años finales del siglo pasado, moldeó en losmenesteres burocráticos de un buen gobierno a decenas de peledeístas que si bien algunos correspondieron a esa confianza, otros son mal vistos por la población, ya que han dado mucho de que hablar por sus sorprendentes prosperidades a la sombra de sus cargos gubernamentales.

Pero por vocación partidaria el recurso humano del PLD era el que debía ser utilizado  y aun cuando se tamizaron y apartaron a miembros del partido con aspiraciones, otros junto a personas del sector externo que comienzan a darle forma a un equipo novedoso y esperanzador de manera que  los plazos establecidos por el novel presidente sean observados debidamente, en especial lo más apasionante de erradicar por completo el analfabetismo en un período de dos años.

Hacer lo que nunca se ha hecho es un compromisos que junto a corregir a lo que está  mal nos lleva a apoyar sin reservas a un hombre que con su sencillez y firmeza se ha ganado la buena  voluntad de la población que ya la acogió como suyo por esa casi timidez que irradiaba con  sus palabras que encantaron  a la población, acostumbrada  por años a discursos llenos de tecnicismos económicos  o de ataques estilo PRD en contra del oponente, a quien disminuían en sus intenciones  o sus cualidades.

Esa alocución inaugural creó un continente de esperanzas en la población que ha creído en ese mensaje, donde por primera vez se detalla con plazos una serie de actividades ineludibles que no esperan por más tiempo ni dejadez de las autoridades,  que se emprendan acciones muy puntuales, de manera que a la población se le lleve un aire fresco de esperanzas en que actuemos como un continente unidos con el propósito de continuar, mejorar y hacer las cosas indispensables para un desarrollo armónico del país.

A su vez brotan las islas de desencanto cuanto se retienen las caras de peledeístas connotados, que durante ocho años han  estado al frente de importantes ministerios y que  la población  no les tiene confianza, por lo que un desencanto se aposenta en los de poca fe. Ese sector cree que para el presidente Medina le será difícil  lidiar con parte de ese equipo gubernamental, surgido de las entrañas de un partido que perdió su mística  original, de acabar con el capitalismo, para trastrocarla por el disfrute de las canonjías  y placeres que se derivan de la libre empresa, insertándose con fuerza en esa sociedad burguesa la cual rechazaban en sus teorías de liberación nacional.

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