Cataño, Puerto Rico (AP).- El fuego en una refinería de la empresa Gulf en Puerto Rico cobró fuerza y paralizó la zona metropolitana con una densa y enorme nube negra que podía verse desde largas distancias.

El fuego, que comenzó a primera hora del viernes, se extendió a 16 de los 40 tanques de almacenamiento de combustible sin causar heridos graves.

«Hemos sido afortunados», dijo el gobernador Luis Fortuño en una conferencia de prensa a primeras horas de la mañana del viernes. Agregó que sólo una persona requirió atención médica por inhalación de humo.

El incendio obligó al cierre de una autopista que transcurre frente a esa instalación y varias carreteras aledañas. La densa nube provocó el desvío de la ruta de aterrizaje de algunos aviones. Decenas de escuelas públicas y privadas no abrieron sus puertas el viernes.

El superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, dijo que trabaja junto al FBI en la investigación del origen del siniestro, pero que la prioridad es apagar las llamas.

Sobre el hallazgo de un grafiti en una céntrica vía de la capital, que leía: «Boom, fuego, RIP, Gulf, soul (alma)», Figueroa Sancha dijo: «Estamos investigando la razón de esos letreros y es preocupante… todo es muy preliminar», destacó.

Fortuño confirmó que, unas dos horas después de la explosión inicial, la policía ordenó prestar vigilancia preventiva en las otras dos instalaciones de este tipo que existen en la isla, una en la costa este y la otra, en la suroeste.

«No podemos permitir que les ocurra nada… para garantizar que el flujo de gasolina no va a afectarse» a esas instalaciones, dijo el mandatario en una rueda de prensa.

Aseguró que esta y otras «medidas cautelares» fueron tomadas como parte del protocolo de seguridad, y que no obedecen a que el gobierno tenga información que apunte a que el siniestro fuera intencionado.

El jefe del Cuerpo de Bomberos, Comandante Pedro Vázquez, indicó el viernes que el fuego en la petrolera Gulf en Cataño «está confinado» al área de los tanques que están prendidos en llamas. «No esperamos que se nos propague», señaló.

Los bomberos intentaban controlar el incendio utilizando agua y espuma.

En Cataño, un empobrecido pueblo al otro lado de la Bahía de San Juan, se desalojó a 125 familias para protegerlas de la contaminación que produce el incendio cuyas llamas se mantenían con fuerza violenta.

Las autoridades trasladaron 280 confinados de máxima seguridad y otros 1,000 de menor custodia, recluidos en una cárcel cercana al lugar del siniestro, a una penitenciaría en el sur del país.

El Departamento de Asuntos del Consumidor emitió una orden de congelamiento del precio de venta de la gasolina luego de que estaciones aumentaran los precios y se corría el rumor de que podría escasear.

El secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor, Luis Rivera Marín, sin embargo aseguró que en la Caribbean Petroleum Corp. sólo se almacena el 10% del combustible que se consume en la isla, por lo que los temores son infundados.

Las autoridades vigilaban la calidad del aire y el Servicio Nacional de Meteorología seguía de cerca el patrón del viento para determinar hacia dónde podría dirigirse la densa humareda.

La Guardia Costera estableció el viernes una zona de seguridad marítima porque la refinería se encuentra muy cerca de la Bahía de San Juan y advirtió que las embarcaciones que violen ese perímetro se exponen a cuantiosas multas.