Continúa el juicio a Saddam Hussein pero sin él

 Continúa el juicio a Saddam Hussein pero sin él

Por HAMZA HENDAWI
BAGDAD (AP) _ El juicio de Saddam Hussein fue reanudado el miércoles tras un prolongado retraso pero sin el ex presidente, que la víspera afirmó que no colaborará con un tribunal «injusto».

   Los otros siete acusados y los abogados de Saddam estaban presentes en la audiencia cuando el presidente del tribunal, Rizgar Mohammed Amin, abrió la sesión a las 3 p.m., unas cuatro horas después.

   Amin dijo que el tribunal informará a Saddam sobre lo ocurrido durante su ausencia.

   El juez indicó luego a los abogados defensores que se reunirá con ellos «tras la audiencia de hoy para tratar sobre la seguridad de los letrados», un tema de gran importancia tras el asesinato de dos de sus miembros.

   Al finalizar la audiencia del martes, Saddam dijo que boicotearía la próxima sesión tras quejarse que él y el resto de los acusados fueron maltratados.

   Saddam y los otros son acusados por el asesinato de más de 140 chiíes en represalia por un atentado contra Saddam en la aldea de Dujail en 1982. Saddam acusó a Irán de ordenar el atentado contra su vida.

   Tras la reanudación de la vista, un testigo declaró oculto tras una cortina para proteger su identidad. El individuo, cuyo nombre no fue difundido, dijo que fue detenido tras el intento de asesinato contra Saddam y llevado a la sede central del Partido Baath, donde encontró a personas «que gritaban debido a las palizas». Agregó que el hermanastro de Saddam y coacusado Barazan Ibrahim estuvo presente.

   «Cuando me llegó el turno, el investigador me preguntó mi nombre y luego le preguntó a Barazan ‘¨qué hacemos con él?»’. Barazan respondió: ‘Llévenselo. Quizá nos sirva’. Casi estábamos muertos debido a las palizas».

   El testigo dijo que fue llevado a Bagdad «en una camioneta cerrada y llena de gente que carecía de ventanas».

   «Cuando llegamos al edificio nos dijeron que nos paráramos contra la pared», indicó. «Nos ordenaron que nos paráramos en un pie y que nos mantuviéramos así durante dos horas antes de que nos llevaran a unas celdas con las paredes pintadas de rojo. Me sentía sediento pero el agua estaba muy caliente».

   Tras unos días, dijo el testigo, fue trasladado al «Salón 63», donde «nos mantuvieron esposados durante cinco días con apenas alimentos y agua muy caliente. Solían llevarse a algunas personas y las traían desnudas. Tenían señales de tortura». 

   

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