Continúa la fiesta de los préstamos

Continúa la fiesta de los préstamos

Lo que está sucediendo en República Dominicana es muy difícil conseguir una solución a corto plazo, pues ya la deuda con la banca internacional llegó al límite de poder pagarla en los próximos cuatro años, si seguimos en manos de los mismos políticos que se han hecho ricos de un solo acto de administración pública, sucederá lo peor en el país.

La situación ha llegado hasta el fondo, de tal manera que más de 30,000 adquirientes de las viviendas que ha construido el pasado gobierno del Dr. Leonel Fernández y en este del Lic. Danilo Medina, no pueden pagar su cuota anual fijada en sus respectivos contratos de adquisición a Bienes Nacionales, mientras los compañeritos del PLD, siguen celebrando sus fiestas a costa de los impuestos que pagamos los que todavía estamos en condiciones para poder cumplir sus compromisos, pues no hay que ignorar que nuestra vigorizada clase media ya está casi falleciendo o en lista de espera para su entierro, perseguida por la ola de impuestos ilegales y las comisiones impuestas por ciertos funcionarios que aún siguen buscando dinero donde ya no existe, y buscamos ansiosos amparados en el crecimiento económico que dicen ellos que estamos disfrutando, ese bienestar.

Desgraciadamente, tendremos que esperar cuatro años más de gobierno del PLD, si la fraccionada oposición sigue en su peregrina actitud de creerse ganadora de las próximas elecciones del 2016. Acaben de entender políticos opositores, “que la unidad es la que hace la fuerza” y permite conquistar el Poder.
El silencio del Señor Presidente se debe a que aspira más de ocho años más, sin embargo, seguimos su ruta como si estuviéramos ya la dichosa silla de alfileres en nuestras manos ¡Mucho cuidado que el PLD, tiene unos juegos muy pesados y nos seguirá ofendiendo y humillándonos! Acabemos de despertar que todavía queda tiempo para desplazar al PLD y su política de endeudamiento, pues ellos se llevan el dinero y nuestros hijos o nietos tendrán que pagar el dinero, que otros han utilizado en sus parrandas y viajes innecesarios.

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