Teófilo Quico Tabar 
Desde el 1961, casi todos los dirigentes políticos, sobre todo los que ocuparon posiciones cimeras en sus organizaciones partidarias, incluyendo los que lograron la Presidencia de la república, se mantuvieron o mantienen en actividad hasta que sus fuerzas se lo permitan.
Muy pocos, por razones profesionales o personales, se retiraron de la política. Entre los dirigentes políticos que surgieron con la apertura democrática, para participar en los procesos electorales o luchar por causas revolucionarias, estaba Juan Bosch, Viriato Fiallo, Manolo Tavárez, Miolán, Silfa, Castillo, Alfonso Moreno, Guido D’Alessandro, Josefina Padilla, Mainardy Reina, Leandro Guzmán, Jiménez Grullón, Horacio Julio Ornes, Read Vitini, Ramírez Alcántara, Amiama Tió, López Molina, Félix Servio Ducoudray, Corpito Pérez, Dato Pagan.
Igualmente: Peña Gómez, Caonabo Javier, Jacobo Majluta, José Israel Cuello, Vinicio Echevarría. Antonio Rosario, Fafa Taveras, Fidelio Despradel, Hugo Tolentino, Ivelisse Prats, Milagros Ortiz, Marcio Mejía, Narciso Isa, Maximiliano Gómez, Abinader, Hatuey. Después del 1965 llegó Balaguer del exilio. Luego surgieron: García-Godoy, Wessin, Lora. Y aunque hubo otros dirigentes importantes, solo menciono algunos de los que dirigieron o se destacaron a partir de la apertura democrática.
Con esto quiero reforzar lo que expresé en el artículo anterior, en el sentido de que, ninguno o muy pocos políticos se han jubilado. Que lo que algunos pudieran entender lógico o conveniente, no necesariamente va en la ruta de lo que ha sido nuestra realidad histórica, pues nadie se ha retirado del escenario teniendo fuerzas, respirando e incluso llevado de las manos. Escasas excepciones se retiraron del partidismo, aunque no necesariamente de la política.
De los dirigentes que participaron en la etapa inicial, pero que no lograron la presidencia, varios fueron candidatos en más de una ocasión. Pero solo dos alcanzaron la primera magistratura la nación. Bosch en el 1962, que fue derrocado por fuerzas reaccionarias, y luego Balaguer en el 1966, quien se mantuvo hasta el 1978, y retornó en el 1986 hasta el 1996. Bosch fue candidato cinco veces. Balaguer ocho veces. Ambos se mantuvieron prácticamente activos hasta el final de sus vidas.
En la segunda etapa, solo Antonio Guzmán y Jorge Blanco no volvieron a ser candidatos. Guzmán porque murió en el poder, y Salvador por problemas conocidos. Más reciente, Leonel Fernández subió en el 1996. En el 2000 ganó Hipólito, quien se postuló nuevamente en 2004 y 2012. Otra vez Leonel en el 2004, repitiendo en el 2008. En el 2012 ganó Danilo Medina, que se reelige hasta el 2020.
O sea, que nuestros políticos siempre han estado vigentes. Dirigiendo partidos, en el gobierno, o a la espera de una nueva oportunidad de retornar al poder. Y la gente que los rodea, los estimulan para que no se desalienten.
Pensar o pedirles a los dirigentes políticos que se sienten a observar los acontecimientos desde sus casas, es desconocer nuestra historia.
Ellos no abandonan la idea del poder, porque el poder los persigue, ata y rejuvenece. Así ha sido hasta ahora, y así podría continuar siendo. Como expresa Aurelio Arteta: “A pesar de los pesares”.
