“Nos ha ido bien, pero necesitamos avanzar más” -Cándido Mercedes
En mi artículo “Luis no suelta la bandera de la unidad”, cité las muchas veces en que Luis Abinader ha hecho llamados concretos y formales a que los dominicanos trabajemos en unidad como proyecto de nación.
El último de esos llamados lo hizo en su comparecencia ante la Cámara Americana de Comercio.
He citado que en una conversación con ese equilibrado hombre de estado que es don Milton Ray Guevara, me dijo que lo impresionante del ejercicio de poder de Abinader es que está iniciando cambios importantes en el país en concertación y sin crispaciones sociales.
El día en que algunos periódicos resaltaron el llamado de Luis en la AMCHARD, un destacado vocero del pasado PLD-FUPU proclamó que si -como se proyecta- Luis gana las próximas elecciones con una votación histórica que supere a la también histórica con que ganó Danilo Medina en 2016, ese litoral político le hará la vida imposible al gobierno 2024-2028.
Planteó que de Luis ganar ampliamente las elecciones, el litoral que recientemente gobernó el país durante 20 años agravando con corrupción, impunidad y descalabro institucional los rezagos estructurales que acumulamos como país subdesarrollado, nos sumirían en una especie de “apocalypse now”.
Ese mismo día, que fue el jueves pasado, el enjundioso intelectual y abogado José Luis Taveras, escribió en su columna de Diario Libre, un argumento diferente pero trascendente:
“Cuando el presente es un desafío por abordar cada día y no existen las premisas para planificar un futuro seguro, a las sociedades les quedan dos caminos: amotinarse o huir.
“Los dominicanos han preferido escapar sin reparar muchas veces en los medios ni en el precio.
“Si ese cuadro no cambia y las inequidades se profundizan, no nos extrañemos de que cualquier situación política pueda catalizar «de repente» una fractura social”.
Taveras alerta a la clase empresarial y a los pocos políticos capaces de trascender sus ambiciones personales y grupales, que la enorme desigualdad históricamente prevaleciente en RD está en modo metástasis y a punto de reventar.
Pese al tiempo de adversidades externas en que le ha correspondido gobernar, Luis ha logrado que el país haya obtenido niveles de recuperación y avances institucionales, económicos y sociales que sirven de ejemplo en nuestra región.
Pero los paupérrimos sueldos y los atrasos estructurales heredados por Luis en servicios públicos como educación, salud, y seguridad social de calidad son un pesado fardo de desigualdad social convertida en una amenaza latente contra nuestra gobernabilidad política y social, contra nuestra democracia.
Necesitamos que la aprobación y simpatía por Luis, el PRM y aliados que se expresa hasta en más de un 70% sea convertida en votos que le den una mayoría legislativa con la que pueda, como está comprometido, profundizar los cambios y reformas que precisamos para continuar avanzando, y evitar la deriva.
Como dice el sociólogo y académico Alejandro Abreu, los dominicanos tenemos que aprovechar a este presidente honesto y trabajador que es Luis, que hace política en unidad y concertación, para sacarle el jugo y continuar avanzando.
El éxito consolidado y ampliado de la presidencia ética y ciudadana que encabeza es fundacional para que concretemos el ciclo republicano que necesitamos andar para salir del atraso y saltar hacia nuevos estadios de desarrollo y bienestar social.