Con este fascinante tema enmarcado en el capítulo que desarrolla el Comité de Cultura del Club Libanés Sirio Palestino, encabezado por sus directivos Tony Raful y Gamal Michelén, tuvo lugar el pasado martes 8 de julio la magistral conferencia del Dr. José A. Martí Chabebe, un reputado charlista que abordó el delicado y conflictivo asunto destacando con verbo fácil y abundante datos y documentos, aspectos tan interesantes como el nacimiento de los conceptos Palestina e Israel a partir de la era cristiana, aun cuando sus orígenes se remontan mucho más allá; semblanzas de quienes son sus líderes históricos y Padres de la Patria; los actores principales involucrados en el conflicto, aparte de las partes beligerantes; cómo se definió el mapa del presente del Estado de Israel y de Palestina; y, finalmente, cuál es la posición de Naciones Unidas en cuanto al conflicto. Temas abarcadores que evidentemente no podían agotarse en tan corto tiempo, ni dejar satisfecho al auditorio.

La charla terminó con un cerrado aplauso de la escasa concurrencia, salvada por la calidad de notables intelectuales y gente interesada que reconociendo la capacidad didáctica, ilustrativa, del expositor no dejó de observar rasgos inconfundibles que dentro de la pretendida objetividad historicista reflejaba evidente parcialidad, su clara simpatía y admiración por el Estado sionista Israelí y sus grandes héroes y mentores.

Hubo graves omisiones inexcusables, como el papel determinante de los Estados Unidos, no solo en la búsqueda de una paz simulada, sino de su irrefutable alianza con el terrorismo y la carrera armamentista de Israel, una de las cinco potencias nucleares del mundo. Medias verdades mezcladas con mentiras enormes, cuando se proyecta el ideal mesiánico de un Israel victorioso, justificando sus conquistas bélicas contra el despreciable enemigo árabe; Su generosidad y tolerancia con los palestinos desposeídos y marginados de su tierra ocupada durante 700 años; victimizada siempre, siempre agredida por los vecinos irracionales, fundamentalistas, enemigos de la Paz y la convivencia; Israel, la Ungida del Señor, que no acaba de explicar y pretende justificar sus constantes agresiones, violadora de los acuerdos y Resoluciones de las Naciones Unidas, empeñada en empequeñecerse, “en perder el capital de compasión, de admiración y respeto que el pueblo judío merece” luego del trágico holocausto nazi. “En no diferenciarse de los campos de concentración y exterminio de Auschwitz y del ejército de ocupación en cada zona que “recupera”.

Las voces inconformes y reivindicativas del auditorio no se hicieron esperar, enriqueciendo el debate. Crímenes injustificados, actos terroristas como el recientemente perpetrado en Gaza contra cientos de mujeres y niños indefensos desacatando el alto al fuego que avergüenza a desertores del ejército asesino (Uri Avnery, Sergei Gornostayev) a la organización judía, no gubernamental, “Judíos contra el sionismo”, y a las naciones que rechazan la agresión sistémica, ultraderechista, de Israel contra Palestina y sus vecinos, incluyendo el Líbano.

El drama humano Israel-Palestina desatado con la infausta decisión de las grandes potencias tomada el 29 de noviembre del 1947, de dividir Palestina en dos Estados diferentes para alojar a los sobrevivientes del holocausto nazi, conmueve al mundo, se agiganta. Parece no tener fin.