La creación de demarcaciones geográficas tiene que estar justificada en parámetros sociales, económicos, territoriales y políticos que en el caso de la República Dominicana no parecen merecer el mínimo respeto.
La práctica ha demostrado las inconveniencias de todo tipo que se presentan cuando la creación de una demarcación territorial obedece única y exclusivamente a factores políticos.
Muchos de nuestros 156 municipios y 230 distritos municipales fueron concebidos en base a la variable política y los resultados han sido deplorables. Muchos de ellos son simples albergues de burocracia inoperante y costosa, sin beneficios tangibles para las comunidades.
Pero, según parece, el apetito de algunos legisladores y sus partidos es continuar agrandando la piñata territorial por medio de la creación de nuevas demarcaciones que no reúnen las condiciones sociales y económicas necesarias, pero que les permitiría colocar sus cuadros y seguidores.
Hay en el Congreso decenas de proyectos de leyes con esas ambiciones.
Lo recomendable es rechazar todo proyecto que pretenda la creación de nuevas demarcaciones y que no lo justifique con datos verídicos sobre condiciones sociales, económicas y territoriales. El país no puede continuar el festín que lo ha convertido en piñata territorial.
Crisis de deuda y pugna política
La estabilidad económica del mundo está a merced de la intransigencia de dos partidos políticos que compiten en una frenética carrera por el poder en Estados Unidos, con miras a las elecciones del 6 de noviembre de 2012. Una crisis de deuda ha sido tomada como manzana de discordia entre republicanos y demócratas, con los primeros controlando una fracción del poder desde el Congreso, y los segundos la otra fracción desde la Casa Blanca.
La salvación y la catástrofe penden de un plazo que concluye el martes, 2 de agosto. Un acuerdo para elevar el techo de la deuda significaría la salvación, o al menos un respiro. La persistencia en el desacuerdo pondría en marcha un impago que empezaría perjudicando a las economías más grandes que, como China, son las mayores tenedoras de bonos del Tesoro, y continuaría con las más pequeñas. ¿Cuánto nos tocaría de la eventual crisis?