MELANIA EMETERIO
La violencia intrafamiliar es un flagelo de la humanidad, y de tal valoración República Dominicana es un ejemplo fehaciente, por eso, tanto aquí como en cualquier otro lugar del mundo, este mal hay que afrontarlo, con una coordinación interinstitucional, es decir, una intervención decidida del Estado actuando por vía de las instituciones que por su naturaleza y objetivos, están más comprometidas con afrontar este tipo de violencia, y sus secuelas. Esta coordinación de trabajo tiene que contar con las organizaciones de la sociedad civil que están dedicadas a la prevención y a la atención de esa forma de violencia.

Una estrategia de conjunto, orientada hacia un propósito común puede hacer que las mentalidades se vayan modificando, asimilando otros parámetros para la convivencia entre la mujer y el hombre. Mientras se logra este ideal, emulemos los avances. Es por eso que queremos hacer acto de reconocimiento de algunas acciones positivas que debemos destacar, pues están en sintonía con la necesidad de afrontar este mal. Nos referimos a dos noticias importantes. Veamos.

La primera de estas noticias, es la ratificación de la sentencia condenatoria emitida el 17 de mayo del presente año, por el Segundo Tribunal Colegiado del Palacio de Justicia de la Ciudad Nueva. Esta sentencia fue de 30 años de prisión para el señor Gregorio Martínez, quien había cercenado a los brazos y producido heridas y golpes graves a Dolfhi González, su ex-esposa. Esta sentencia fue apelada, pero el resultado fue que el 11 de septiembre del presente año, la Primera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación ratificó dicha sentencia.

Siempre que se producen apelaciones de parte de la defensa de la o del victimario hay la preocupación por lo que pudiera ser el resultado final, por eso, esta ratificación de la sentencia anterior deja certificada la importancia de que se castigue la violencia intrafamiliar, que se proceda con intolerancia frente a ella. Este hecho además llena de paz a la víctima, pues le ahuyenta el temor de no poder hacer una vida normal si a su victimario le hubiesen rebajado el monto de la pena.

De igual manera esta ratificación ha sido bien recibida por todas aquellas personas e instituciones cuya misión es trabajar para la erradicación de la violencia de género e intrafamiliar, y que por lo mismo, albergan siempre la esperanza de que se haga justicia tanto por las víctimas reales como por las potenciales, y de manera especial aquellas que no denuncian su situación no solo por miedo, sino por la desconfianza en las respuestas judiciales que pudieran tener.

Sabiendo cuál es el resultado de la violencia intrafamiliar y de género con sus secuelas de mutilaciones y feminicidios, toda la sociedad debe ponerse en guardia, en actitud de alerta para que los procesos judiciales culminen siempre en la mejor y más alta expresión de justicia, pues es una excelente manera de demostrar a las mujeres el sentido y la necesidad no solo de presentar una querella, sino de poner el interés que conlleva ser la parte más interesada.

Una segunda noticia que consideramos de mucha relevancia en cuanto al seguimiento de los casos de violencia intrafamiliar, es la apertura y funcionamiento del Primer Centro de Recuperación de Mujeres Maltratadas. Dicho centro fue creado por la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional. En este centro acuden mujeres que ya han iniciado su proceso judicial, y por tal razón han sido referidas mediante evaluación hecha por las Fiscaliza Barriales, la Unidad de Niñez, Familia y Adolescentes, o desde la Unidad de Atención de la Violencia Intrafamiliar.

Hay que celebrar esta buena noticia, pues la apertura de este centro facilita que estas mujeres puedan hallar otras atenciones, como es la terapia, y también algunas formas de estimulo a su reinserción social, especialmente para aquellas mujeres cuya precaria situación económica le mantiene atada a relaciones violentas. Mediante la conexión de la Fiscaliza del Distrito Nacional con otras instituciones privadas o estatales, estas mujeres podrán obtener algún soporte que les permita hacerle frente a sus necesidades de subsistencia, ya sea mediante el micro crédito u otras facilidades que puedan gestionarse. Hay que dar un poco de tiempo a esta iniciativa para que sus propósitos se concreticen.

Ojalá que muy pronto sean aperturadas nuevas casas como ésta, para que las víctimas de Violencia Intrafamiliar sientan un apoyo efectivo para seguir encaminando sus vidas con dignidad.

Por otra parte, hemos de esperar que el seguimiento judicial de esos casos, culmine con sentencias que satisfagan el interés de la sociedad, es decir la aplicación de la ley en función de los delitos cometido, y que más temprano que tarde la sociedad Dominicana avance hacia mejores relaciones familiares donde prime el respeto y el reconocimiento de los derechos humanos como norma de convivencia pacífica y de crecimiento personal.