Asisten razones a los ciudadanos que no tienen vela ni entierro en el partidarismo -y que constituyen mayoría- para aspirar a un descanso navideño de los sonsonetes de campaña que como un pésimo ejemplo de aspirantes al poder han saturado al país en violación a las reglas establecidas siendo su principal obligación abogar por el respeto a las instituciones.
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Diciembre es mes para la celebración de encuentros familiares y fraternales que los dominicanos tratan de situar por encima de banderías y con adversidad a la discordia que el sectarismo partidario prefiere para copar ambientes. ¡Alto por unos días al denuesto! que es moneda de curso legal en algunos proselitismos. Que descanse el pueblo de las caravanas de exacerbación que trastornan vías y mueven multitudes ilusionadas por liderazgos en desesperación por adherirse o aferrarse por cuatro años más a los altos cargos públicos que a partir del 1996 son remunerados y gratificados a todo dar. Ya el «sacrificio por la patria» no es barato.
Tregua y reposo a la sociedad sometida a las hipérboles de tribunas que con sus pronunciamientos generalizan sin premisas convincentes para describir al país (poco más o menos) como destrozado en varios renglones con tal de culpar a rivales de la contienda en el 2024. Los despachos de prensa difunden hacia el mundo tales versiones ausentes de fundamento de que este país está jodido por los cuatro costados. Ojalá no se crea en la furia de los decires.