El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva propuso hoy “retomar” el desarme de la población si vence en las elecciones de octubre, en contramano de la política armamentística impulsada por el mandatario Jair Bolsonaro.
El líder del Partido de los Trabajadores, favorito para vencer los comicios presidenciales del 2 octubre, discutió con un grupo de gobernadores algunas de las líneas maestras de su política de seguridad pública y recalcó que, si vuelve a la Presidencia, “retomará” el Estatuto de Desarme.
El Estatuto, aprobado en 2003, durante el primer año de su mandato (2003-2010), fue refrendado en un plebiscito popular en 2005, el cual rechazó la prohibición de la venta de armas en el país, pero restringió su porte, al tiempo que estimuló el desarme de la población civil.
No obstante, el Estatuto ha sido flexibilizado en los últimos años por Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña y quien llegó al poder en 2018 con la liberación de las armas como una de sus principales promesas de campaña.
Bajo el lema de que la “población armada no será esclavizada”, el presidente ha fomentado el acceso a las armas por parte de civiles y ha prometido que, en caso de ser reelegido, facilitará todavía más su porte, siguiendo así el modelo de Estados Unidos.
Con el aumento de la flexibilización, que no ha sido mayor debido a algunos frenos impuestos en el Congreso, el número de ciudadanos que se registró para tener acceso a las armas se disparó un 474 % entre 2018 y 2022, según los datos publicados por la ONG Fórum Brasileño de Seguridad Pública.
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El capitán de la reserva del Ejército, un nostálgico de la dictadura militar, ha asociado la reducción en un 6,5 % de asesinatos en Brasil en 2021 -su menor nivel en diez años- al aumento de porte de armas, una tesis que ha sido refutada en plano por especialistas en el área de seguridad pública.
Durante su encuentro con gobernadores, celebrado en un hotel de Sao Paulo, Lula también planteó la recreación del Ministerio de Seguridad Pública, la creación de una Universidad especializada en dicha área, la unificación del sistema de Seguridad Pública y el impulso de la cooperación entre países vecinos para combatir el tráfico de drogas y el contrabando de armas.
El antiguo sindicalista también hizo un guiño a las fuerzas de seguridad pública, una de las principales bases electorales de Bolsonaro en 2018, y propuso el fortalecimiento de la Policía Federal, durante una entrevista realizada horas antes a una radio local de Manaos, capital del estado de Amazonas.
“La Policía Federal fue desmontada. Necesita más gente, necesita más inteligencia para cumplir su función excepcional. Es necesario que nos ocupemos de nuestras fronteras”, resaltó el líder progresista, quien mantiene cerca de 15 puntos de ventaja frente a Bolsonaro cuando falta poco más de un mes para los comicios, según los últimos sondeos.
En ese sentido se pronunció también el progresista Marcelo Freixo, candidato al gobernador por Río de Janeiro, uno de los estados más golpeados por la violencia en Brasil y donde son frecuentes los enfrentamientos entre la Policía y grupos armados.
De acuerdo con los datos publicados por la Red de Observatorios de Seguridad, en los últimos dos años se registraron alrededor de 70 matanzas en el estado, las cuales segaron la vida de más de 300 personas.
Una de las últimas matanzas tuvo lugar en julio pasado, cuando al menos 18 personas murieron tras una incursión policial en el Complejo de Alemao, una de las favelas más grandes de Río de Janeiro, un hecho que fue condenado por organizaciones de derechos humanos.
“No podemos confundir matanza con seguridad. Cabe al gobernador no permitir matanzas (…) Armas y drogas no sin producidas en la favela. La fiscalización tal vez sea más importante que la operación”, resaltó Freixo, aliado de Lula, durante entrevista al diario O Globo.