Contrasentido

Contrasentido

La preparación de los integrantes de una sociedad ocupa lugar preferencial         en el conjunto de factores capaces de generar bienestar y progreso.

Por eso, las sociedades que han logrado desarrollarse a plenitud han sentado sus bases en la educación temprana, en la enseñanza, en el conocimiento.

Para un país como el nuestro, la educación temprana debería ser prioridad, pero no lo es.

El Foro de Reflexión Socio Educativo así lo plantea en un documento en el que expone que el Gobierno ha dejado de invertir en educación para destinar los fondos a obras no prioritarias y subsidios.

La preocupación expuesta por este foro debería ser compartida por todos los que entienden que el énfasis en la educación es una herramienta que genera progreso.

En las circunstancias actuales, el país debería estar preocupado no sólo por la tasa de analfabetismo predominante, sino también por los índices de deserción escolar, de bajo rendimiento académico y de otros factores que significan atraso.

Llámese populismo o como se llame, hay una inclinación lamentable a invertir en lo que genera efectos visuales inmediatos, como grandes estructuras que entran en contradicción con la prudencia que se debe guardar en estos tiempos.

 

-II-

En un país que tiene entre sus problemas el déficit endémico de aulas y un virtual estancamiento en los aspectos cualitativos de la enseñanza y del personal que la imparte, no parece tener explicación lógica, racional, para proceder como se ha procedido.

Sin descuidar la infraestructura necesaria y prioritaria, sin descontinuar un ritmo adecuado de realizaciones, se ha debido tener la visión de fortalecer la preparación de los niños y jóvenes, de manera que se pueda pretender una transformación exitosa y posible de nuestras condiciones como país.

Se ha debido dar prioridad a planes que permitan  contrarrestar a través de la escuela las degradaciones que están fomentando la suplantación de los valores sanos por otros que no muestran ninguna virtud provechosa para el porvenir. Siempre será más fácil el progreso si se ha abonado con educación el factor humano.

Las estadísticas demuestran que hoy en día los mayores índices de atraso, insalubridad y otros males tienen predominio en aquellos países con educación deficiente, bajas tasas de escolaridad y deserción escolar temprana.

Una muestra contundente de la validez del aserto anterior es la abismal diferencia de desarrollo entre estos dos países que comparten la Hispaniola. No hace falta mucho esfuerzo para comprobar que el índice de progreso en cada uno ha sido proporcional a la inversión en educación, en preparación de la gente. No disminuyamos ese énfasis precisamente en momento en que debemos apuntalarlo, acelerarlo.

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