Contrastes

Contrastes

La tragedia de la cárcel pública de Higüey obliga a profundas reflexiones sobre los inexplicables contrastes de nuestro proceder en ciertos ámbitos.

Uno de esos contrastes tiene sus raíces en las pautas a que deben acogerse determinadas instancias para hacer respetr las leyes y administrar justicia.

Por un lado, desmontamos un Código de Procedimiento Criminal que soslayaba la presunción de inocencia que debe amparar a los imputados de delitos y crímenes y dejaba a merced de la «íntima convicción» del juez la suerte del reo, y nos acogimos a un Código Procesal Penal que tiene entre sus principales credenciales la defensa de la libertad como condición innata del individuo y la coronación de la evidencia como la reina del proceso y su desenlace.

Sin embargo, hay un injustificable contraste entre las nuevas pautas procesales y las condiciones en que se materializa, aún en la fase preventiva, la coerción contra individuos inculpados de delitos y crímenes cuya responsabilidad no ha sido terminantemente establecida en primera instancia. El hacinamiento y otras condiciones infrahumanas del encierro preventivo constituyen penalizaciones sumarias que desdicen el mandato del Código Procesal Penal.

-II-

Pero también hay un severo contraste entre las penas previstas en el Código Penal para cada delito o crimen y las que en la realidad se aplican. Por principio, ninguna persona puede ser condenada a cumplir castigos no contemplados por las leyes, pero las condiciones de encierro en que los reos cumplen concena en las cárceles dominicanas, con rarísimas excepciones, contienen elementos infrahumanos, degradantes, que constituyen castigos sumarios agregados a los contemplados por las leyes.

En la cárcel pública de Higüey, como en las restantes, los contrastes que hemos señalado, que desdicen el mandato de la ley y las ínfulas de modernidad, han producido las luctuosas consecuencias que en este momento consternan a la sociedad y que son la edición más grave de otras anteriores.

El avance logrado en la actualización de las pautas procesales, en el establecimiento de la evidencia y la legalidad de su obtención como únicos elementos decisorios de los procesos penales, se deshace en el momento de hacer valer la coerción preventiva o la condena.

Sin retrasos ni vacilaciones, sin reafirmar los pretextos que han dado tanta vigencia a esta situación, la sociedad y principalmente las autoridades tienen que esforzarse por eliminar estos contrastes que dan vigencia, por un lado a legislaciones modernas y por el otro a formas de supresión de la libertad infrahumanas y arcaicas.

Doloroso

El desenlace de un concurso en el que perecieron dos adolescentes por intoxicación alcohólica y otros dos quedaron en graves condiciones, además de sus implicaciones enales, deberá mover a las autoridades a revisar la forma en que se promueve e incentiva en este país el consumo de bebidas alcohólicas.

Y deberá servir, también, para que jóvenes y adultos valoren con la mayor seriedad posible la peligrosidad que implica el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

La muerte de Ricardo Iván García y Pablo Cntreras, de 21 y 20 años, respectivamente, es un espejo doloroso en que deben mirarse los jóvenes de estos tiempos. Paz a sus restos.

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