Contrataciones de los Yanquis hieren el orgullo de sus rivales

Contrataciones de los Yanquis hieren el orgullo de sus rivales

Nueva York. EFE. Si había alguna duda del poder económico de los Yanquis de Nueva York quedó despejada cuando el equipo del béisbol profesional con más títulos de la Serie Mundial en sus vitrinas (26) cerró otro fichaje multimillonario para completar una cartera de inversión de 423,5 millones de dólares.

   Después de haber conseguido a los lanzadores estelares C.C.Sabathia y A.J.Burnett, los Yanquis se quedaron también con el primera base Mark Teixeira por 180 millones de dólares y ocho años.

   A partir de la próxima temporada nada menos que cuatro de los peloteros mejor pagados en las Grandes Ligas estarán con los Yanquis como son el tercera base Alex Rodríguez (275 millones de dólares por 10 años), Sabathia (161 millones por siete temporadas), Teixeira (180 millones por ocho) y Derek Jeter (189 millones y 10 años).

   La reacción en los despachos de las Grandes Ligas y entre el resto de los equipos no se ha hecho esperar y todos coinciden en reconocer el poder que sobre el papel tienen los Yanquis de cara a la próxima temporada y también ha surgido la pregunta si ha llegado el momento de establecer un tope salarial igual para todos.

   La realidad ha demostrado que nadie puede competir contra los Yanquis en el apartado económico y más ahora en momentos de crisis cuando se necesitan hacer más ajustes y sacrificios dentro de las organizaciones de los distintos equipos del deporte profesional en Estados Unidos.

   La existencia de un mercado libre y una reglamentación dentro del béisbol que el único impedimento para superar el tope salarial es pagar un impuesto, no ofrece ninguna posibilidad a los equipos con menor poder económico de retener a sus mejores jugadores y luego intentar conseguir a otros con el mismo o mejor potencial. 

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Nadie los iguala

Inclusive hasta los eternos rivales de los Yanquis, los Medias Rojas de Boston, que también intentaron el fichaje de Teixeira, al final han reconocido que volvieron a perder el pulso ante la chequera de los neoyorquinos.    El dueño de los Medias Rojas, John Henry, admitió que en las pasadas temporadas habían conseguido reducir las diferencias económicas que existían entre ambas organizaciones, pero el nuevo estadio de los Yanquis, les puso en desventaja.

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