El pelotero dominicano Edwin Encarnación recién firmó un contrato con los Indios de Cleveland por tres años y 60 millones de dólares.
El boxeador estadounidense Floyd Mayweather anuncia que dejaría su retiro de los cuadriláteros para enfrentar al irlandés Conor McGregor, estrella de las Artes Marciales Mixtas, por una paga mínima de 100 millones de dólares.
Esto es por una pelea que en el mejor de los casos duraría menos de una hora. Para ser más preciso, 47 minutos, 36 de acción y 11 de descanso, entre asalto y asalto. La comparación viene para dar una idea del gran dinero que es capaz de ganar Mayweather, muy por encima de lo que devenga cualquier atleta de cualquier deporte.
Todos estamos celebrando el contrato de Encarnación. Es dominicano y se entiende que ha logrado un buen acuerdo. Se le considera uno de los bateadores de poder más temidos de Grandes Ligas, un orgullo para quienes nacimos en esta tierra de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón. Despachó 42 cuadrangulares en la temporada pasada y fue co líder en carreras remolcadas de la Liga Americana.
Del otro lado está Mayweather, no solo el boxeador, sino el atleta mejor pagado de la historia. A nadie sorprende que su propuesta sea aceptada para ganar 100 millones de dólares por subir, una vez más, al ring. Ya en su último combate, el 12 de septiembre del 2015, en Las Vegas, Nevada, Foyd recibió una bolsa superior a los 100 millones de dólares por enfrentar al filipino Manny Pacquiao. Definitivamente, es una máquina de hacer “dinero”.