En medio del enrarecido clima electoral provocado por una JCE con graves indicios de desapego legal, encuestas recientes confirman condiciones que justifican procurar nuevos esquemas de acción política, como podría ser la suscripción de un contrato partido/candidato con la nación que consigne compromisos con agendas y plazos. Y se demuestre disposición de actitudes y aptitudes para cumplirlos.
Según encuestas Mark Penn-SIN y Gallup-Hoy, la nación va por mal camino, desesperanzador, principalmente por inseguridad, desempleo, costo de vida y corrupción.Las inversiones en salud, educación, energía y transporte no proporcionan resultados. Nuestra democracia decepciona coexistiendo peligrosamente con desconfianza institucional, indudablemente aumentadas por decisiones recientes de JCE, que justifican un “gran cambio…radical y hasta revolucionario”.
No hay liderazgo político dominante. Los tortuosos procedimientos partidarios impuestos por leyes recientes, quién sabe si deliberadamente para revolotear aguas para que pejes grandes resulten gananciosos, distraen partidos de su debido quehacer.
El liderazgo oficialista se fracciona. La ciudadanía no percibe liderazgo opositor.La confianza en partidos no es halagüeña: Estos no encuentran forma de sacudirse de numerosos atropellos reglamentarios que los empantanan.
¿Quien podrá comprometerse con la ciudadanía a suscribir un contrato para realizar ese “gran cambio…radical y hasta revolucionario”para apartarnos del mal camino y reesperanzarnos?
Resulta imposible lograrlo con tradicionales procederes caracterizados por promeserismos, clientelismos y masificación; inapropiados para asumir compromisos.
¿Podrá hacerlo el PLDismo 15 años gobernando,cuyos resultados se han retratado en encuestas citadas?¿La oposición amigable del PRM cuyas propuestas compiten en populismo con el gobierno, abstrayéndose de desequilibrios fiscales y financieros que desajustan la economía? ¿El reformismo temeroso y encogido, con fijación mental en alianzas, despreciando la enorme potencialidad que le proporciona su praxis y experiencias? ¿Otros partidos multifraccionándose o agotados en su oportunidad de emerger?
Cualquiera podrá hacerlo si modifican su esquema de accionar. Si se comprometen a suscribir con la nación un contrato para cumplir agendas con plazos conminatorios para lo que indefectiblemente hay que hacer: Imponer autoridad, orden, respeto y disciplina; una economía generadora de puestos de trabajos, producción de bienes para mejor vivir, equilibrar finanzas públicas para que el ahorro privado quede circulando, combatir corrupción, mejorar servicios públicos, ordenar territorio, preservar ambiente y recuperar dignidad nacional.
Así se contribuiría a regenerar el sistema político.
Obviamente tendría que demostrarse valor y coraje para asumir esta iniciativa;proponerla y convencer.Disponer de voluntad y capacidad de ejecución: Concepciones, conocimientos, ideales y experiencias para programar e implementar soluciones; incluyendo ingeniarse modalidades de suscripción, valiéndose de recursos informáticos- tecnológicos disponibles.
Una regeneración así avergonzaría a la JCE hasta llevarla a despejar el enrarecido clima que ha enrevesado con su estancamiento, retroceso y parcializado desapego legal.