Contravalores: cuando lo malo se vuelve normal y bueno anormal

Contravalores: cuando lo malo se vuelve normal y bueno anormal

Internet ha propiciado un nuevo ecosistema cultural de interacciones digitales, en el cual la participación social y ciudadana pueden verse mal influenciadas

La violencia y la criminalidad generan una ruptura importante en el tejido social, provocando una apatía ciudadana difícilmente subsanable. Actualmente, la violencia, en especial la callejera y de género que se da tanto en lo privado como en lo público, se han normalizado a unos niveles tales que ya no escandaliza, haciendo parecer que se ha perdido el respecto por la vida.

La seguridad ciudadana es uno de los temas más recurrentes en política, sin embargo, sigue siendo una de las principales deudas pendientes en términos de propuestas efectivas.

Y mientras todo eso sucede los más jóvenes reciben un bombardeo por las redes sociales de mensajes distorsionados sobre la generación de riquezas de forma fácil, rápida, sin hacer grandes sacrificios y sin tener formación académica.

Sin embargo, no es la riqueza material lo que hace rica a una nación, es su educación, su capacidad de darse un orden consistente en lo institucional y en lo social.

Una realidad sobre la que han alertado varios especialistas del comportamiento humano. En ese sentido, el politólogo y experto en seguridad ciudadana, Daniel Pou Suazo, ha referido que la violencia está tomando dimensiones preocupantes en la República Dominicana y que esa situación es parte de un influjo de violencia que se apodera de la sociedad, tal y como lo confirman las cifras que reposan en el Observatorio Nacional Ciudadano.

“En la medida en que esos antivalores se apoderan de la sociedad, cada día será más difícil detener esta situación tan lamentable”, expresó.

Sobre el tema también se expresó el investigador social y comunicado, José Cabral, quien dice que cada día se repite por los medios de difusión masivos que la República Dominicana ha sido copada por una serie de antivalores que se constituyen en un gran motivo de preocupación.

“El problema se observa en los diferentes niveles de la pirámide social, es decir, entre los que ocupan los estratos alto, medio y bajo de la sociedad”, expresó.

Así mismo asegura que lo más grave del problema es que la gente ve como normal y se hace hasta cómplice de sus amigos o familiares que actúan al margen de la ley y de la conducta natural en cualquier conglomerado social donde existe algún respeto por el prójimo.

“Los antivalores han tomado tanta fuerza que la gran mayoría de la gente miente como si nada fuera e incluso no le preocupa caer en una figura jurídica del derecho penal conocida como el perjurio”, explica Cabral.

Lamentó que no se trata de algo aislado, sino general, donde es común normalizar lo malo, “por donde sea que el ciudadano se mueva, lo cual indica que este tipo de comportamiento ya forma parte de la forma de guiarse del dominicano”, afirma.

Una mirada psicológica

Los malos ejemplos están a la orden del día. Muchos jóvenes, que en otros tiempos fueron modelo de heroísmo, de lucha por un cambio radical y positivo de la sociedad, se han degradado hasta extremos definitivamente inconcebibles.

Sobre el tema la psicóloga clínica, Patricia Rosario Jorge, explica que los contravalores se está normalizando porque tiene una conexión especial con la visión del consumismo que estamos viviendo en estos días.

“Lo banal, superficial se está convirtiendo en foco de atención, y donde se le está prestando más atención al tener, en todo el sentido de la palabra, que al ser”, asegura.

Agrega que la cultura de masas hace énfasis en realzar el tener, por encima del ser, llegando a ser más importante el tener, sin importar de qué forma lo consigo. “Ahí vemos, corrupción, lavado de activos, drogas, trabajo sexual, entre otros”, explica la especialista.

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