Contribución al desarrollo

Contribución al desarrollo

La preparación de recursos humanos de corto plazo en una diversidad de oficios es fórmula prometedora para conectar a un sector numeroso de la sociedad, en el que predominan los jóvenes, con la vida productiva a la que con frecuencia no se logra ingresar por baja calificación; porque el país ha crecido en muchos aspectos, incluida la producción de bienes y servicios, pero debe hacerlo mucho más y con celeridad en dotar ciudadanos de habilidades para trabajar. Es ahí donde reside la trascendencia del rol, acrecentado felizmente, que juegan las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Existe además el reto de las transformaciones tecnológicas que obligan muy rápidamente a conocer nuevas formas de operar para encajar en desempeños.
Las profesiones liberales seguirán siendo opción que llene necesidades de la sociedad, pero la importancia de la mano de obra para renglones fabriles y del gran mundo digital está en pleno ascenso. Otros concurridos ámbitos formativos del país, como Infotep, el Itla, el Politécnico Loyola y demás entidades similares, y también meritorias, tienden a crear confianza en el futuro de la nación, de la que mucho se necesita. La deuda social en escolaridad y desarrollo humano aparece todavía entre las causas más directas de la gruesa emigración dominicana y de la desesperanza por falta de integración al movimiento de la economía.

Insolvencias artificiosas

Si los usuarios que se abstienen o evaden pagar sus consumos de electricidad, agua potable y recogida de basura pertenecieran exclusivamente a sectores del más bajo ingreso, los servicios públicos dominicanos pecaran de menos precariedades. Si las únicas personas en fallarles a esos suministros vitales, que no deben ser gratuitos, lo hicieran por estar en la franja social que carece de dinero para celulares, cervezas y “Black friday”, este sería un país de civismo aceptable.

Pero no: proliferan las adquisiciones y disfrutes que deben pagarse ineludiblemente con tarjetas o efectivo. La gente nunca le queda mal a las ferias automovilísticas; y si hubiera que estar al día con las edes y acueductos para poder comprar yipetas, llenar resorts y empinar el codo, la falta de deleites causaría una crisis emocional colectiva.

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