El control de los esfínteres es el vaciado voluntario de la vejiga y los intestinos. Es un proceso que puede causar estrés en los padres y estos a su vez traspasarlo a sus hijos, si no saben llevarlo de manera correcta.
El control de esfínteres no se aprende, se adquiere paulatinamente cuando el niño este maduro, tal como comer, hablar y caminar. Cada niño lleva un proceso de madurez neurológica diferente, por eso no podemos calcular el tiempo exacto para que cada uno controle los esfínteres. Lo que si podemos decir es que estos son procesos que llevan tiempo, pues implica el desarrollo de la autonomía del infante.
Los padres debemos preguntarnos: ¿Porque queremos apresurar los procesos en nuestros hijos? ¿Porque comparamos tanto lo que hacen los demás niños? ¿Porque tenemos una competencia con los hijos de nuestros amigos, llegando incluso a esperar o exigirles a los nuestros metas por meras comparaciones?
No hay prisa en acelerar un proceso natural, que no tiene relación como elemento único y asilado con el desempeño de la persona, pues a nadie le preguntan a la hora de entrar a la universidad, de solicitar empleo o de llenar cualquier solicitud a que edad controlo los esfínteres.
La estimulación y el seguimiento de los padres puede influir en algunos niños en el control de los esfínteres.
A partir de los 18 meses aproximadamente, los niños empiezan a verbalizar y a expresar abiertamente incomodidad cuando el pañal está sucio, o a manifestar el momento que esta orinando o evacuando. Luego de estas manifestaciones podemos decir que el niño está preparado para empezar el entrenamiento del control de los esfínteres.
Errores frecuentes de los padres en el proceso:
• Creer que cuando el niño se orina necesariamente es porque se entretuvo jugando y se le olvido; esto puede suceder, pero no es lo más frecuente, estos “olvidos” la mayoría de las veces suceden porque aun su cerebro está madurando el proceso.
• Elegir fecha que le convenga a los padres; este proceso debe iniciarse cuando el niño esté listo, no cuando le convenga a los padres, cuando el niño esté preparado biológica y emocionalmente es el momento de empezar.
• Presionar con el tema del control de esfínteres y estar preguntando frecuentemente si el niño quiere ir al baño; esto convierte un proceso natural que acompaña al ser humano de por vida, en un factor estresante.
• Empezar el proceso diurno y nocturno de manera simultánea; el control nocturno debe venir después de superado el diurno, y amerita recomendaciones específicas.
Es importante señalar que los entrenamientos para el control de esfínteres requieren de paciencia, tiempo y dedicación por parte de los padres y de la madurez neurológica y colaboración del niño.
Tips para ayudar a nuestro hijo en la etapa de control de los esfínteres:
– El proceso debe lograse de manera natural, no por imposición.
– Acompañar a nuestros hijos al baño durante el proceso de adquisición de esta destreza, no es recomendable enviarlo o dejarlo solo.
– Proveer un inodoro donde el niño se sienta cómodo, ya sea fijo o portátil y de fácil alcance.
– Asegúrese de que su niño use ropa cómoda y fácil de quitar, a esta edad aún están desarrollándose las destrezas motoras fina, si la ropa es difícil de quitar pudieran ocurrir accidentes involuntarios al no poder esperar.
– Hacer un registro de horas en que el niño evacua u orina de manera frecuente, al conocer este patrón de horario puedes invitarlo a ir al baño a esas horas.
– Cuando logras que el niño orine o evacue en el inodoro sea fijo o portátil debes reforzar de manera positiva esta conducta, atreves de elogios, aplausos, etc.
– No lo regañe si se orina en la ropa, puede dejarlo un rato sin cambiarlo para ver si expresa incomodidad.
– No lo dejes sentado en el inodoro por más de tres minutos, sino hace o no quiere, puedes pararlo e intentar más tarde.
– Mientras su niño está en el inodoro converse con el de manera amena y tranquila.
– Enséñele a limpiarse por sí solo y a lavarse las manos cada vez que va al banco.
– Si tu hijo está escolarizado debes coordinar este proceso conjuntamente con el centro para que sean participes y colaboradores.
– Si se hace fuera del inodoro es suficiente con decir: “este no es el lugar correcto” y llevarlo al baño sin regañar.
– Todos los miembros de la familia deben conocer del proceso para evitar mensajes diferentes y confusos.
– Recuerde que frecuentemente se lograra primero el control diurno y luego el nocturno.
– Evite los viajes largos donde no puedas llevar el niño a un baño durante el trayecto
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Si tiene preguntas o dudas auxíliese de un profesional de la conducta, revístase de amor y paciencia, esta es una de las tantas etapas que vas a vivir como padre.
¡Lo que más necesita su hijo después de su amor es su apoyo! La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.