Difícil de creer, pero más difícil pensar que se pueda llegar a un resultado consensuado en el debate que acaba de iniciarse en un Comité de la ONU sobre la aprobación de un proyecto, promovido por ONG internacionales. Es el primer intento de llegar a un tratado que obligue a los Estados a ajustarse a ciertas normas para “crear una base para las transferencias internacionales de armas, obligando a los Estados a cumplir con una serie de estándares”.

En verdad, el comercio internacional de armas, sin lugar a dudas la máxima expresión de la irracionalidad en un mundo con millones de individuos con hambre y sufriendo una brutal marginalidad, presenta niveles irritantes de crecimiento.

Entre el 2007 y el 2011 la compra de armas creció un 24%, en buena medida estimulada por la corriente militarista en países asiáticos, de acuerdo con un estudio del Instituto para la Investigación de la Paz, de Suecia. Según el mismo, los principales exportadores son: Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y Gran Bretaña; los cuales, de conjunto, en los cinco años comprendidos entre el 2007 y el 2011, representaron el 75% de las ventas mundiales. En igual periodo los principales importadores fueron India – un 10% del total mundial -, Corea del Sur, el 6%, Pakistán, 5 %; China, 5% y Singapur el 4%. En el 2012, por primera vez en la historia, los gastos militares asiáticos superarían a los europeos. La India rebasó a China al convertirse ésta en relevante productora y estar a punto de insertarse entre los primeros cinco vendedores del mundo.

Sin embargo, según un informe preliminar del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas, de Moscú, el monto de las importaciones globales en el 2011 fue de 68,520 millones, un nivel récord desde el fin de la Guerra Fría en 1989: India en primer lugar con 5,940 millones de dólares, le siguió Emiratos Árabes Unidos con 5,820, Australia con 4,934, Arabia Saudita con 4, 740, Irak con 2,725; en séptimo lugar EE.UU. con 2,390, Venezuela 2,330, Turquía con 2,090 y Pakistán en décimo lugar con 1, 810. Entre los diez, en conjunto, representaron el 53% de las importaciones del mundo.

El comercio mundial anual se sitúa entre los 60 y los 70 mil millones de dólares, mientras que en el planeta mueren 750 mil personas víctimas de armas “ilícitas”. Las cifras pueden ser más siniestras: en los últimos diez años el comercio mundial de armas alcanzó el millón y medio de millones de dólares. Con apenas el 10% de esa cifra se podría haber asegurado alcanzar los Objetivos del Milenio.

No crea usted que el Tratado pretende prohibir exportaciones, ni regular el comercio interno en los países; busca tan solo acordar “principios”. Difícilmente, en esta instancia, se llegue a un acuerdo porque todo se va a intentar orientar a establecer quiénes pueden o no comprar armas.